SAN SILVESTRE ILICITANA 2019
Desde que me puse mi primer dorsal en una carrera, en noviembre del 2008, todos los 31 de diciembre, sin fallar a ninguna edición, he despedido el año deportivo en Crevillente y su San Silvestre, con un recorrido de 10km que siempre aparece entre las 3 o 4 mejores San Silvestres del país en la clasificación de la RFEA. Circuito animadísimo y muy duro, atletas de gran nivel en el podio, una bolsa del corredor original con camiseta y un felpudo para casa con el nombre de la prueba y el número de edición... tiene muchas cualidades para ser elegida como última prueba del año, pero en las últimas ediciones fui encontrando cada vez más motivos para no volver. El precio, por encima de todos ellos, además de un km inicial muy complicado de correr si no se ha llegado con tiempo de sobra y te has situado en las primeras posiciones de salida. Por otro lado, la distancia que la separa de Alicante, junto a la duración de la prueba (no la he bajado nunca de 45'), hacían que acabara demasiado cerca de la hora de la cena, por mucho que hubieran adelantado la salida hace algunos años. Estaba cansado, en resumen, de repetir esta prueba. Quise completar 10 seguidas, por la tontería de anotar una decena de ediciones consecutivas (ni que me fueran a dar nada por esto...) pero en el 2019 tuve claro que la próxima San Silvestre me llevaría a otra ciudad.
Hubo dudas, cuando lo comentaba con mi amigo y también acompañante en esta última carrera del año, Ramón, sobre cuál sería la elegida. Entre las posibles carreras aparecían como ganadoras Elda (¿qué tendrá, aparte de sus increíbles sorteos, para inscribir a 8000 personas?) y la elegida, Elche, que salió vencedora en la elección por tener algo más de distancia respecto a Elda, cubriendo 5km, además de parecer, sobre el plano, más corrible, más rápida.
El fin de año deportivo empezaba fresquito, con 2km a nado en Arenales con Ramón por la mañana |
Allí nos reunimos finalmente la tarde del 31 mi hermana, Pepelu y Ramón, para despedir en una carrera nueva el 2019, después de haber pasado a remojo la mañana echando 2000m a nado suave en Arenales.
La organización dividía la salida en dos grupos, verde y blanco, rápido el primero y más tranquilo, en teoría, para ir disfrazados y con niños, por ejemplo, el segundo. En cuanto a la zona de la salida, era una vieja conocida de las carreras ilicitanas, la plaza de Baix, bien por ser punto de salida como el 10k Totum Sport que no sé si se volvió a celebrar, la Carrera del Gato, o ser zona de paso ella o sus calles cercanas, como la media ilicitana.
Habiendo recogido el dorsal y la camiseta el día anterior, contribuyendo con la inscripción al fin solidario y deportivo de la prueba, solo tuvimos que preocuparnos de llegar con tiempo para aparcar, tarea que parecía complicada sobre el papel pero que, en realidad, no fue tan difícil, gracias a los aparcamientos cercanos, ya fueran de pago, como el que usé yo, o cerca de la universidad, gratuito, como el que eligió Ramón.
Mi aspecto de camarero/corredor/stripper venido a menos, impagable xD |
Después de las fotos de rigor para inmortalizar nuestras pintas esa noche, busqué una buena posición en el cajón de salida, lamentando ver que muchos corredores, bien por ignorancia, bien por desprecio absoluto a las más básicas normas de convivencia, elegían el cajón rápido, dorsal verde, con niños muy pequeños, carritos, etc., entorpeciendo así la salida.
Excepto por esto, el inicio de la carrera era motivador. La plaza rebosaba vida y ambiente festivo con la música a todo volumen y el público llenando sus calles y, cuando se dio la salida, en pocos metros, para mi sorpresa, fue fácil correr a pesar del poco respeto de algunos participantes eligiendo cajón.
Salida |
La calle Corredora (nombre más que apropiado para iniciar la prueba, con origen en la llanura del mismo nombre, llamada así por las carreras de caballos que por allí discurrían) resultó un poco estrecha en el inicio y frenó el ritmo de los participantes hasta el primer giro, pero el grupo se estiró después rápidamente y se pudo compensar la falta de velocidad inicial gracias a la larga bajada hacia el sur de Elche, hasta casi el km 2 a la altura del puente de la Generalitat. El 4:34 del primer mil, algo más lento de lo que habría querido, se vio ampliamente compensado por un segundo km más rápido, en 4:13, un 1000 muy bueno que permitió ganar segundos que se perderían de nuevo, seguramente, al recuperar luego la altura que habíamos ido perdiendo hasta ese punto del circuito.
Las piernas respondían y el corazón no iba demasiado pasado de vueltas así que me dije que podía forzar un poco la máquina, aunque fuera en un tramo en suave ascenso. El circuito volvía a ser plano allá por el km 2.5 a su paso por el puente de Sta. Teresa y rápidamente volvía a descender hacia el asilo de San José, cubriendo así el tercer km del recorrido y dejándome casi sin fuerzas.
No había sido buena idea intentar acelerar de subida y en ese punto, iniciando de nuevo otro suave ascenso hacia el paseo de Germanies primero y el puente de Canalejas después, habiendo pasado el km 3 en 4:34, empecé a flojear.
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Por suerte, llegábamos a zonas muy animadas después de calles algo solitarias y el aliento del público hacía más llevadero el esfuerzo. El paso por el km 4 evidenció mi pérdida de fuelle marcando 4:44 en el Garmin, mientras maldecía por los segundos perdidos en ese último mil.
El perfil y el ambiente del recorrido mejoraban notablemente en el último km, mientras cruzábamos la plaza de Sta. María con su espectacular iluminación navideña. Al suavizarse el recorrido y ganar tanto el circuito en cuanto a animación y vistosidad saqué fuerzas no sé bien de dónde y subí el ritmo, dispuesto a vaciarme en aquellos últimos metros.
Plaza de la Mercé, Pont dels Ortissos y ahí estaba de nuevo la calle Corredera, en sentido contrario a la salida, con el arco de meta a unos 500m. Sin saber cuál iba a ser la marca final, pues había corrido pendiente del ritmo, pero sin ver el tiempo acumulado, aceleré al máximo y crucé la meta en 21:08 según mi Garmin (carrera sin chip ni cronometraje), algo mosqueado por esos malditos 9 segundos que me impidieron ver el minuto 20 pero muy contento porque casi igualaba los 20:51 de Rafal en un recorrido en absoluto tan favorable para marca como el vegabajense, aunque muy rápido también.
Mis caras en meta... no comment (gracias, DPM y Raúl Ortiz) |
Poco después llegaban Ramón y mi hermana y nos reuníamos con Pepelu, todos muy contentos con el resultado y por la experiencia ilicitana de fin de año. Pude, además, desvirtualizar a Sandra Hervás, grandísima corredora y segunda mujer en la prueba, comentando la carrera un rato con ella (¡enhorabuena!).
La carrera merecía la pena ser corrida y todo lo bueno de las calles de Elche, ya conocido por correrlas en su media, Rotary 10k, Carrera del Gato etc., quedaba realzado por la iluminación navideña y la animación de su gente, con una cultura del deporte popular que ya querría ver yo en las frecuentemente tristes y solitarias carreras alicantinas. Una carrera para repetir, sin duda, si no fuera porque quiero conocer todas las San Silvestres posibles en los próximos años, algo que hará que posiblemente pare en Elda la próxima Nochevieja para despedir el año deportivo (o en la Vallecana si se pone a tiro, que también es más que probable).
Nos leemos en la próxima entrada del blog, que todavía os debo la crónica del Año Nuevo en La Aparecida y estoy a dos días de San Fulgencio y su 5k de Reyes. Se me acumula la faena.
Gracias por estar ahí.
Saludos.
Como bien dices, un carrerón el que te salió, y es que la San Silvestre de Elche es la previa de la que te vas a marcar mañana. Vamooooos
ResponderEliminarCreo que no llego al nivel de forma en el que llegué a San Fulgencio el año pasado, ni por velocidad ni por peso (uf...) pero también creo que puede darse bien. Por motivación no será. ¡¡A darlo todo mañana los dos!!
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