ACUASFALTO

¿Cuántas veces en la vida se puede pensar, saber, ser consciente, de que se está viviendo un momento, una situación, una experiencia, que van a ser inolvidables, que te van a marcar para siempre (para bien), que son una parte de tu vida que no vas a olvidar nunca? Los tres días que pasé en París hace una semana forman ya, sin duda parte de esas experiencias vitales imborrables, por lo que significaron en lo personal y lo deportivo, y son merecedores del ladrillazo que vais a tener que soportar si decidís seguir leyendo la crónica del maratón de París que queda debajo de este vídeo que os pongo para que os hagáis una idea del recorrido y de la grandeza de esta carrera. El camino al maratón ha sido un trayecto duro, cargado de kilómetros y de batalla mental, luchando contra la pereza y el cansancio, sobre todo en las últimas semanas, pero toda la preparación me parecía incluso escasa al final, porque de nuevo, enfrentarme otra vez a la distancia reina de las carreras en ruta aun

Parece que fue ayer cuando en la media de Santa Pola empezaba el entrenamiento específico para el maratón y, después tanto atracón de kilómetros, de vigilar la dieta para no subir de peso pero, sobre todo, para no perder más kilos, después de tantos días pendiente del planning semanal que veía todas las mañanas al desayunar en la cocina pegado al frigorífico, hoy, al fin, se completa la última etapa del entrenamiento para el maratón. La semana ha sido algo más suave que las anteriores, con menos kilómetros y sin tanta exigencia. El lunes fallé al gimnasio y la salida de 30 minutos, pero viendo cómo tenía el martes no me importó descansar. Al día siguiente, con trabajo de 8 a 21 casi del tirón, solo había una opción: Madrugón. Pocos minutos después de las 6:00AM ya estaba en la calle y aunque el sueño me frenó un poco al principio no tardé en espabilarme y al final disfruté del entrenamiento por la playa, viendo amanecer y comprobando que no era el único corredor que madrug