MEDIO MARATÓN SANTA POLA 2020
La última vez que estuve en la media de Santa Pola fue en el 2017, en plena preparación del maratón de París. Como suele sucederme en las carreras santapoleras (la media, el desaparecido 10k nocturno de junio, la actual carrera de la luz...) la cosa no acabó de ir como esperaba, ni por sensaciones ni por marcas. Será la situación en el calendario, con la Navidad y sus excesos en la mesa demasiado cerca todavía, el poco rodaje para tiradas largas acumulado... Por lo que sea, Santa Pola no se me suele dar bien, pero después de dos años sin correr la distancia (lejos queda mi último medio maratón, el que vio mi MMP en Guardamar en 2018) este año me apetecía volver a la que fue mi tercera carrera oficial, en el 2009.
Ojo a mi cara en esta misma carrera en 2009 |
Parece que las dos últimas ediciones no contentaron a nadie, por motivos de sobra conocidos por cualquier aficionado alicantino amante de la media de Santa Pola, pero al recuperar el control de la prueba este año el club local esta edición volvía a despertar las ganas de la ciudad y de los corredores de hacer grande de nuevo una media que llegó a estar entre las mejores del país.
Así lo demostraban las inscripciones, con unos 1000 participantes más que el año pasado, después de dos ediciones con participación a la baja. También se notaba en el ambiente, el sábado, mientras se recogía la bolsa del corredor en la clásica feria del Castillo de Santa Pola. Volvíamos a ser parte de la gran carrera que todos recordábamos.
El temporal que amenazaba las costas parecía que iba a arruinar la fiesta deportiva, pero recién aparcado el domingo todavía teníamos una mañana despejada y soleada. Aunque poco después el cielo se cubrió de nubes, no hubo ni gota de lluvia en toda la mañana y ni siquiera el viento hizo acto de presencia. Día fresco, sin rachas de aire... Una mañana perfecta para correr.
No llegaba preparado para grandes marcas. Calenté después de cambiarme, desde el coche hasta la salida y no me sentí especialmente ligero o en forma. Creo que no habría apostado ni por una marca más rápida que 1:45, pero el crono no me importaba demasiado aquella mañana.
Allí, en la misma salida de tantas ediciones pasadas, entre tantos corredores (anunciaban unos 5500 inscritos), con la música a todo volumen, el público llenando las calles, solo podía pensar en pasarlo bien corriendo. Dividiría la carrera en tres tramos de 7km, intentando ir de menos a más, y según me sintiera de fuerzas y respondieran las fuerzas así correría. La marca final... la que tuviera que ser.
Me situé bastante bien en mi cajón, en las primeras posiciones, de forma que, previsiblemente, no perdería más de uno o dos minutos desde que se diera la salida hasta que pisara el control del chip. Con la música de todos los años en el inicio de la carrera, seguida de AC/DC, la traca aérea y rodeado de tantos corredores era fácil empezar demasiado rápido, dejándome llevar por la emoción de volver a correr aquel circuito. Mantuve la calma y fui pendiente del reloj los primeros km para frenarme, mientras el pelotón se estiraba y empezábamos a correr cada vez con más comodidad hacia Santa Pola Oeste. Me quedé cerca del globo de 1:45, dejándolo a pocos metros a mi espalda, prometiéndome que no volvería a verlo en todo el recorrido. Un ritmo superior a 5'/km debía ser posible, me dije.
Las piernas se movían a 4:40-4:45/km sin problema, sin proponérmelo. Tal vez era demasiado rápido, pero me encontraba tan bien, tenía tantas ganas de echar km allí, que decidí jugármela. Los grupos de percusión, la música en vivo... Costó poco correr ligero y animado hacia las montañas de sal y hasta después del giro hacia Playa Lisa y vuelta hacia el puerto. 4 o 5km a unos 4:45/km sin sentir a los que siguieron otros dos o tres cerca del puerto, por el espigón después y saliendo finalmente hacia Santa Pola del Este, al mismo ritmo, en una zona más animada por público y música en vivo.
Tocaba afrontar después un tramo psicológicamente bastante duro, por lo que recordaba de pasadas ediciones. 4km hasta el km 11 por las Calas de Santiago Bernabéu hasta el extremo del circuito en el giro de la cadena. Una etapa que siempre se me había hecho muy pesada y que en esta edición decidí tomarme con calma. Bajé ligeramente el ritmo y cuando empezamos a ver a los corredores en sentido contrario me entretuve viendo a la cabeza de la carrera, con un corredor africano destacado sobre los demás que acabaría después batiendo el récord de la prueba y logrando la segunda mejor marca lograda en España, solo por detrás de Valencia, unos alucinantes 58 minutos.
Sin haber llegado al km 10 empecé a tener la sensación de que, aunque corría cómodo, aquel ritmo era demasiado rápido como para permitirme completar otros 10000m al mismo nivel. Vi pasar el décimo km en 47' largos, algo que, de ser capaz de mantenerme así, me dejaría ver seguramente 1:40 al final, pero algo me decía que iba a ser difícil seguir a esa velocidad mucho más tiempo.
Subí la única cuesta del circuito, la de la cadena, bastante lento, intentando no quemarme y sabiendo que, aunque algo monótono, el camino de vuelta hacia el centro de Santa Pola tenía un perfil ligeramente favorable en el que podría ganar segundos. Me tomé el primer gel de los dos que llevaba y conseguí mantenerme a más de 4:50/km hasta la entrada a las calles más céntricas.
Como siempre, antes del km 14 la música de los grupos de percusión en la calle indicaba la llegada de una de las mejores partes del circuito. El público abarrotaba las aceras y nos animaba por nuestro nombre. Yo, sabiendo que en breve tendría que empezar la verdadera carrera, los km en los que me pondría a prueba "de verdad", trataba de ganar puntos de fuerza moral chocando las manos a los chiquillos, agradeciendo los "¡Vamos, Jordi!" de sus padres. Aquello recargaba la energía mental necesaria para superar la falta de energía física que estaba por llegar.
Como había imaginado, allá por el km 15, incluso en ligero descenso, hacia el puerto, para girar después de nuevo hacia Santa Pola Oeste, hacia las montañas de sal, las piernas dijeron basta.
Me tomé el segundo gel y aguanté como pude a 4:50/km el tramo hasta el km 16, viendo en sentido contrario por Gran Playa a los primeros corredores que ya se dirigían hacia la meta con pocos km por delante. Saludé a Dimas, a Pablo, a Paco Valía... intentaba evadirme como fuera para soportar los que sabía que iban a ser los 5km más duros de la carrera.
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Por suerte, la experiencia me ha hecho aprender a soportar momentos como aquel, en los que el cuerpo no va fino y la cabeza pide retirada. Sabía que, incluso flojeando, había fuerzas para acabar aquello sin problema, sin perder demasiado tiempo. Cada vez que los pensamientos negativos me la iban a jugar borraba rápidamente de la cabeza aquel auto boicot mental y me felicitaba por ser capaz de detectar las imágenes negativas que se formaban rápidamente en la cabeza, eliminarlas y sustituirlas por otras. 5km no eran nada, me repetía. Aunque bajara el ritmo entrar en la meta en 1:41 era triunfar, habiendo llegado a la carrera sin ningún objetivo concreto en cuanto a marcas.
Costaba mantener el tipo, viendo como empezaba a ser adelantado por corredores a los que había superado km atrás, pero mantuve la concentración. El km 18, el extremo oeste del circuito, sería un buen punto para ver cómo llegaba al final de la carrera, me dije, después de ver el primer km por encima de 5'/km en el km 17.
Había intentado subir el ritmo y tenía la sensación de haberlo logrado, de haber mantenido el esfuerzo, pero al pasar por la marca de los 18 km el ritmo medio seguía ligeramente por encima de los 5'/km. No había gasolina para más y tocaba hacer con la cabeza lo que no parecían lograr las piernas.
De nuevo la música en vivo conseguía distraernos y, aunque no logré subir el ritmo, al menos lo mantuve hasta el km 19. Desde ese punto, por Gran Playa de nuevo, hacia el puerto, era yo el que se cruzaba de vuelta, camino a la meta, con los corredores que iniciaban el tramo de Santa Pola Oeste. Busqué caras conocidas y pude saludar a Ana, Virginia y Erica, logrando así distraerme un poco (espero que mis ánimos les ayudaran a ellas también).
¿llegaba a tiempo? |
Con el km 20 atrás, todavía sin ser capaz de ver de nuevo más de 5'/km de media en el ritmo medio del Garmin, vi que el crono final, lejos de los 1:40 con los que llegué a fantasear allá por el km 8, iba a subir a 1:42, tal vez 43 si no aceleraba un poco.
Si había un momento en la carrera para echar el resto era aquel, sin duda. Llegábamos al puerto de nuevo y el público llenaba las calles de Santa Pola. Independientemente del tiempo que lograra, volvía a echarme a las piernas un medio maratón y, después de los últimos km, bastante sufridos, en general podía decir que había llevado la carrera mucho mejor, mentalmente al menos, que la mayoría de ediciones pasadas. Aceleré lo que pude, sintiendo que el corazón pedía frenar y notando una inquietante molestia en las rodillas, sobre todo en la derecha, a la que decidí no prestar atención.
Se hizo más largo de lo esperado, pero después de la rotonda en la que nos volvíamos a meter en la recta de la salida, final ya en sentido contrario, vi la meta a lo lejos y terminé de animarme y felicitarme por la carrera, incluso antes de acabar. Eché un vistazo al reloj, que apenas se distanciaba un minuto sobre el tiempo oficial, y vi que, como pensaba, no podía dormirme si quería ver el 1:42 al acabar la carrera.
Diría que conseguí correr de nuevo cerca de los 4:40/km cuando crucé por fin la meta, satisfecho y feliz como hacía tiempo que no lo estaba, parando el reloj oficial en 1:43:51, 1:42:51 real, 1588 de 4308 llegados a meta, 384 de 842 en mi categoría y 1709 entre 3988 hombres. 13s de diferencia respecto al 2017.
El avituallamiento, como toda la carrera, volvía a recordar a las pasadas ediciones. Toalla, fruta, bebida, medalla de finalista... Parecía que no había pasado el tiempo. No había nada negativo en la carrera, como sí que parecía haberlo habido en los dos años anteriores, y daba la impresión de que todos, corredores y público, así lo sentíamos. Se confirmaba, además, que dos corredores bajaban de la hora y conseguían las dos mejores marcas de la historia de la carrera, para terminar de bordar el regreso de la media al grupo de las grandes nacionales.
Yo, por mi parte, solo podía estar feliz. Si bien las piernas no estaban para velocidad ni resistencia a estas alturas de la temporada, el control mental durante la carrera había sido mi gran fortaleza y había que estar contento. Admito que, en el fondo, no ver el 40 o el 41 por flojear en los últimos 5km me dolía un poco, pero había que asumir que en mi estado de forma actual era difícil volver a esas marcas, unos tiempos que, por otro lado, eran los habituales cuando entrenaba a tope para carrera sin combinar natación, consiguiendo más de una vez bajar de los 100', así que, en realidad, también había que estar orgulloso por la marca conseguida, no tan lejos de mis mejores tiempos. Tocaría volver a Santa Pola en el 2021, por el 30 aniversario y porque, después del domingo, parece que me reconcilio un poco con la ciudad en cuanto a resultados y sensaciones corriendo por sus calles.
Ahora hay que seguir pensando en esta temporada. A dos meses y medio de mi próximo "gran objetivo" (entrecomillado, porque en realidad no espero mucho de la carrera), la media de Alicante, solo pienso en afinar un par de kg, 2.5 tal vez, poner las piernas fuertes de nuevo en el gimnasio y llegar con más rodaje y entrenamiento de carrera acumulado a abril para cubrir lo mejor posible el exigente recorrido de la media alicantina. Por el camino, a corto plazo, la próxima cita deportiva, mañana, el cross nocturno Giménez Ganga de Sax, los 8km de Orihuela la semana que viene y los 15 del Gran Fons de Tavernes a mitad de mes como entrenamiento de tirada larga, esperando que las rodillas no protesten mañana, pues las he notado cargadas después de Santa Pola y esto ha hecho que no haya corrido en toda la semana. Lo que estoy disfrutando la vuelta a la carrera y a la rutina de entrenamientos de asfalto no lo sabe nadie.
Os cuento cómo va todo en la próxima entrada del blog.
Gracias por estar ahí.
Saludos.
Vamos quillo, es la primera y te ha salido bastante bien. Recomendación : Elche
ResponderEliminarSí, si estoy contento, pensaba que iba a irme muy mal y al final he terminado en tiempos que alguna vez salieron estando más fino y más entrenado. Lo de Elche... casi lo tengo decidido ya (iré)
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