II CARRERA SOLIDARIA ELIMINANDO BARRERAS ALICANTE




Cuando hace unos meses decidí que los objetivos de la temporada iban a ser diferentes a los de los últimos años, con menos km de carrera y más natación, sin tanta obsesión por marcas y sin vivir pegado a un planning, pensé que mi estado de forma sobre el asfalto iba a resentirse. Los picos de velocidad alcanzados a principio de año que me dejaron ver menos de 44' en un 10000 o menos de 1:38 en medio maratón serían inalcanzables y las marcas iban a ser más modestas de lo que ya eran, pensé. No me importaba. Vivir liberado de presiones absurdas y con más natación entre semana compensaban esa "pérdida".
Entrenar por libre, trotando ligero o fuerte según me apetezca, correr con algo más de dificultad subiendo cuestas o escaleras si el cuerpo y la mente lo piden... La cabeza agradece el deporte sin tanta comedura de coco y, para mi sorpresa, esto se transforma en un rendimiento inesperadamente bueno a la hora de correr, según estoy comprobando últimamente.

Siguiendo con mi propósito de participar únicamente en aquellas carreras que me atraigan DE VERDAD, no porque estén bien situadas en el calendario coincidiendo con un supuesto pico de forma mío o porque sean llanas sin más, para buscar marcas, el domingo aproveché que podía correr en casa, participando en la II Carrera Solidaria Eliminando Barreras de Alicante.



El circuito era duro, exigente, ya conocido al coincidir total o parcialmente con otras pruebas alicantinas como la media, la carrera de los Castillos, la San Silvestre o la primera Sanitas Running Series de Alicante (allá por el 2012, creo). En su versión de 5 o 10km correríamos por el centro de Alicante, lo que suponía subir y bajar muchas cuestas. La Rambla, Gadea, Marvá... Un circuito para correr con cabeza.


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Teniendo claro que el objetivo era disfrutar de poder correr por Alicante, sin pensar en tiempos (con ese perfil...imposible) y contribuir a la causa (TODO lo recaudado se donaba a ADIFIA y COCEMFE) no entrené nada específico para el domingo. De hecho, la mañana anterior no me perdí el entrenamiento de natación con CN Aquatic Alicante, algo que iba a lastrar, seguro, las piernas y el corazón para el domingo. En otras temporadas habría descansado, habría hecho series el martes o el miércoles (no recuerdo ya cuándo fue la última vez que las hice) ...pero, como os cuento, llegar más o menos cansado no me importaba. Disfrute. Deporte. Sin presión. No pensaba en nada más.



Con un parking a 300m de la salida no tuve muchos problemas para llegar con tiempo de sobra y sin agobios. Había recogido el sábado el dorsal en el Corte Inglés así que tampoco me tenía que preocupar por hacer cola, algo que descubrí que no iba a ser ningún problema ya que la participación resultó ser muy escasa.

La marcha no competitiva, en la que pude saludar al gran SkyRunner Juanan, salía una hora antes que los corredores y restaba participantes al ya pequeño grupo de personas que nos reuníamos en la zona de la salida. Teniendo en cuenta que seguramente el 5000 agrupaba a un 60% de los corredores de aquella mañana, parecía que la segunda vuelta, de las dos iguales de que constaba el circuito, iba a ser bastante solitaria para los que participábamos en el 10000.




Tal vez el 5 y 10k de Muchamiel de la tarde anterior o la coincidencia con el 10000 y el maratón valenciano de aquella mañana se habían llevado a la mayor parte de corredores de la provincia. Esto, añadido a la ya tristemente habitual escasa animación en las calles durante cualquier carrera en la ciudad, hacían que la prueba pareciera demasiado solitaria y fría. En cualquier otra localidad, incluso más pequeña que Alicante, hay público, los comercios ven la oportunidad de negocio y abren sus puertas antes de lo normal... es un día de fiesta. En Alicante, se escucha demasiadas quejas por el corte de tráfico, por las molestias de una megafonía molestando demasiado temprano un domingo... una auténtica pena.

En la salida. Pocas veces más miraría el reloj.


Volviendo a la crónica, después de un calentamiento mucho mejor del que acostumbro a realizar, por tiempo dedicado al trote y a estirar, me situé en la parte más atrasada del pequeño pelotón de salida. Mi posición en el grupo y empezar a correr cuesta arriba desde Gadea hasta Luceros impedirían, me dije, salir demasiado rápido.

Salida cuesta arriba




Así fue hasta que en Luceros giramos a la derecha y empezamos una suave bajada que sería más pronunciada después al girar hacia la Rambla. Ahí miré el reloj (una de las pocas veces que lo hice) y vi que iba muy rápido. Un ritmo de 4:10/km era excesivo, pensé, pero llegamos rápidamente al final de la Rambla, giramos hacia Paseíto Ramiro, ya en llano y de vuelta por el Ayuntamiento hacia la Rambla de nuevo sentí que el ritmo bajaba un poco. La subida por la Rambla me frenó bastante y el giro hacia Alfonso El Sabio por López Torregrosa se pegó bien a las piernas, aunque no tanto como para necesitar hacer el tremendo recorte que algunos hicieron en el giro, subiendo a la acera (jamás entenderé esto de recortar...)

Camino a Luceros se podía correr más rápido, pero sabía que la subida por Gral. Marvá era pesada así que no quise acelerar demasiado. De bajada por Marvá y girando hacia la avenida de La Estación me sentí fuerte y subí un poco el ritmo, tratando de compensar un poco la pérdida de tiempo provocada por la larga subida que se inició casi a nivel del mar en la Rambla.

Bajando por Gadea, viendo a mi izquierda la meta en sentido contrario, todavía aceleré un poco más. Me sentía fuerte y las piernas respondían. La mañana, aunque despejada, era fresca y se corría muy a gusto. El giro hacia el 5000, cuesta arriba, me generó cierta impaciencia. No sabía qué ritmo medio llevaba y con tanto callejeo el Garmin seguro que se había despistado varios metros ya. ¿Qué tal había ido mi primera vuelta?



No tardé en ver que muy bien. Demasiado, tal vez, me dije, cuando me pareció ver un 22:05 en el reloj oficial. Ritmo de 44. Excesivo. La segunda vuelta iba a picar. Lo tuve claro metros más adelante, cuando caí en la cuenta de que ese 22:05 oficial sería 21:50 real, por mi salida atrasada. Ritmo de sub.44, en realidad. Tocaba sufrir, pensé, mientras escuchaba los ánimos de Juanan entre el escaso público de la meta.




Tuve la sensación de que en la segunda subida de Gadea iba muy lento, más todavía al reducir la marcha un poco para beber en el avituallamiento. ¿Cómo iba a comportarse el cuerpo en el segundo 5000 después de una primera vuelta que, incluso yendo entrenado en otras temporadas sería bastante rápida?

La bajada por Alfonso el Sabio y la Rambla no fue tan rápida esta vez. Miré de nuevo el reloj en este punto y ya no iba a los 4:10 de la primera vuelta. Mejor, me dije. La subida desde la Rambla hasta Marvá iba a necesitar todas las fuerzas que tuviera en la reserva.

Como imaginaba, al dejar de nuevo el Ayuntamiento atrás y comenzar el ascenso por la Rambla las piernas protestaron. El corazón empezó a latir descontrolado y tuve que frenarme un poco. La subida por Marvá fue dura y vi cómo me adelantaba un corredor de Apolana al que había tenido toda la carrera unos 15m detrás.

De bajada, sin embargo, las piernas se recuperaron rápidamente y, entre esto, mi confianza en mi rápida recuperación cardiaca cuando hay cuestas y, para qué negarlo, un estúpido orgullo que me empujó a salir a la caza del corredor apolanero, aceleré y volví a correr rápido.

Dejé atrás rápidamente al corredor de Apolana, alcancé a otro corredor que me había adelantado también metros atrás y que tenía identificado por su camiseta roja de El Ventós y me dije que podía correr rápido en llano durante la ida y vuelta por la Avda. de La Estación y bajar fuerte por Gadea.




Seguía sin hacer caso al reloj, así que no sabía si mi propósito se quedaba en eso, un intento, o si corría tan rápido como me lo parecía. El camino hasta el cambio de sentido en Gadea, hacia la meta, se hizo más largo de lo que habría pensado y una vez cuesta arriba, en la recta final, busqué rápidamente el reloj oficial de nuevo. La segunda vuelta había sido más lenta que la primera, seguro, pero... ¿cuánto?

Lo descubrí rápidamente. No tenía que acelerar mucho para detener el reloj antes de los 45' oficiales. Paré el crono en 44:53, 44:41 reales, alucinando por poder mantener un ritmo más rápido que 4:30/km en una carrera con aquel perfil y sin estar entrenando como lo hacía otras temporadas. Mi posición en la clasificación, con tan poca participación, muy buena y de las que no creo que se repitan en mucho tiempo: 25 de 100 en la general, 9 de 19 en mi categoría, 25 de 78 hombres (datos y estadísticas muy completos en SportRun )





El corredor de rojo que adelanté bajando por el Paseo de Soto hacía un sprint final increíble tratando de alcanzarme, algo que consiguió, pues consiguió la misma marca que yo, según pude hablar después deportivamente con él. También pude saludar poco después al corredor de Apolana con el que había mantenido el pique sano hasta el km 8 aprox. ¡Cómo lo habíamos disfrutado!, coincidimos, comentando la carrera como si nos conociéramos de toda la vida.



Como os comentaba al principio de esta entrada del blog, parece que correr sin esperar absolutamente nada de la carrera, centrado solo en pasarlo bien, independientemente del tiempo que tarde en acabarla, por ahora me está dando buenos resultados. Lo he pasado en grande en mis dos últimas carreras y, además, el cuerpo ha respondido mejor de lo esperado. Nadando también me encuentro cómodo y con el fin de año cada vez más cerca llega el momento de empezar a ponerse serio para sobrevivir a la travesía de Santa Faz en primavera (4-5 meses pasan muy rápido).
La semana que viene toca nadar, buscando mejorar mi resultado del año pasado en la travesía de Navidad de El Postiguet (no se me dio muy bien en el 2017)
Después, Carrera de Los Torraos el 22, quién sabe si doblete el 23 con la S. Silvestre Monovera y, después, a finalizar el año deportivo en mi décima S.Silvestre Crevillentina consecutiva, el 31.
Todo ello siempre, sobre todo, con la misma mentalidad que hasta ahora. Pasarlo bien y disfrutar del deporte, que parece fácil de decir pero que llevaba una temporada muy larga sin hacer.

Os cuento cómo va todo en la próxima entrada del blog.
Gracias por estar ahí.

Saludos.

PD: He actualizado (¡por fin!) la página del blog que tenía pendiente, el CALENDARIO, que iré actualizando regularmente con las pruebas que me interesan o en las que tengo previsto participar. Si os resulta de ayuda, ahí lo tenéis :)


Comentarios

  1. Maaaquina, buscate un buen 5000(Montesinos en reyes) y te vas a salir. Nos vemos en Orihuela, atleticamente hablando claro jjj

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    Respuestas
    1. Tenía controlada la de S.Fulgencio en Reyes, que seguramente la correré. No sabía res de Montesinos. Miraré :) Digo yo que nos veremos las caras antes de Orihuela no? Jajaja

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