SERRA GROSSA TRAIL 2025
Con la cantidad de veces que he salido a correr por Serra Grossa, una pequeña elevación rocosa de poco más de 170m de altura pegada a la costa, al lado de casa, tenía la sensación de haber participado en su Trail más veces, pero antes de volver el pasado fin de semana a esta carrera que monta 15 Cumbres resulta que solo había estado por allí con dorsal dos veces, en 2013 y 2014, con recorridos y experiencia montañera muy distintos a los actuales.
Desde que empecé hará 4-5 años a correr por montaña, la Serra Grossa siempre ha sido un lugar de entrenamiento muy socorrido para sacar algo de desnivel y sin perder mucho tiempo desplazándome, al tenerla a 10' de casa. Hace tiempo descargué el track del recorrido que ha seguido el Trail de Serra Grossa los últimos años y lo he entrenado tantas veces por mi cuenta que este año decidí que no podía dejar pasar la ocasión de correrlo con dorsal, pasando por uno de mis lugares preferidos de entrenamiento (junto al Cabeçó) compitiendo, con avituallamientos y acompañado de corredores.
Aunque la salida se daría el domingo 27/04 a las 9:30, tarde, en mi opinión, por el calor que suele hacer ya en Alicante tan cerca de mayo, me planté en el colegio de Inmaculada Jesuitas a las 8 para aparcar sin problema en los aparcamientos del recinto (aquí ) y no perder tiempo ni ir con prisas buscando sitio en las calles de alrededor después, por llegar 30' más tarde. Me reuní con mi hermana y mi cuñado después, habiéndoles recogido ya el dorsal y la bolsa del corredor. En este sentido 15 Cumbres lo hace muy bien siempre en sus carreras. Puedes elegir apuntarte con opción de inscripción sin camiseta, a un precio inferior, aunque el diseño de este año me gustaba y al ser sin mangas, algo no habitual en las carreras de mi zona, decidí pagar un poco más y coger la opción con camiseta.
Dimos una vuelta por el colegio hasta reunirnos con Rafa y Laura, que también corrían esa mañana, pasamos por los baños del colegio para evitar imprevistos de última hora como me pasó en Aigües la semana anterior y a calentar a la pista de atletismo un poco, mientras por el camino me cruzaba a muchos conocidos (Miguel Navarro, J.L.Sogorb, Fidel, Isa Deltell...) El sol empieza a asomar entre las nubes y parece que el día será caluroso, así que no estoy mucho rato trotando y me voy al pelotón de salida.
Seremos unos 350 participantes, mucho más que las carreras a las que he ido últimamente, así que me digo que por mal que vaya siempre iré acompañado de corredores. La salida se da puntual a las 9:30 y desde mitad de pelotón, por el interior, damos casi una vuelta completa a la pista de atletismo y cogemos camino al exterior del colegio, en un recorrido inicial distinto al de otras ediciones, por obras en el tramo original de salida hacia Serra Grossa. El cambio mete algunos metros más tanto de ida como de vuelta, y hace la llegada a la zona de monte un poco más larga, permitiendo estirar el grupo antes de llegar a un par de zonas en las que seguramente se formaría un cuello de botella, en la primera bajada y después en la zona de subida por cuerdas.
Salimos por la parte de los campos de futbol al asfalto, bajamos unos metros y giramos ya cuesta arriba hacia la calle Teresa de Calcuta, para girar allí a la derecha y entrar a Serra Grossa por la zona de la Pineda de Bonavista. Debo haber salido más rápido de lo debido, pues veo a mi paso o a pocos metros de mí corredores que sé que, en esta distancia y desnivel, 10km y unos 450md+, me sacarán sin dificultad 5', pero sigo trotando con calma cuesta arriba. Para una vez que compito en casa, vamos a apretar un poco, me digo.
Entramos a la Serra Grossa y cogemos la subida que nos dejará en lo alto, en la cresta, después de casi 1km, subiendo en total algo más de 100m. Bajo un poco el ritmo al notar que las pulsaciones van algo altas, pero me digo que si entrenando no he caminado jamás en esa subida no lo voy a hacer tampoco a media carrera. Las últimas curvas se pegan bien y para evitar un par de tropiezos y chocar con gente fallo a mi promesa de no caminar y ando un poco, recuperando la carrera rápidamente al salir del camino de curvas más empinado y coger ya la parte de la cresta, con pendiente más suave, ya en dirección suroeste.
He recuperado fuerzas bastante bien y hago el cresteo a buen ritmo, acercándome de nuevo a un grupo que se me había escapado en el ascenso. Cuando llegamos a la larga bajada hay un pequeño atasco de corredores, pero como había anticipado, la nueva salida ha hecho que lleguemos con el grupo muy estirado y no cuesta demasiado empezar a bajar con rapidez.
Tengo la sensación de estar haciendo un descenso muy bueno (a mi nivel) y me planto en el sendero que une el final de la bajada escarpada con el camino hacia el cerro del Molinet antes de lo que pensaba y sin mucho sufrimiento. Este sendero estrecho y a la sombra es siempre muy cómodo y rápido de correr, me noto fuerte y decido acelerar para no separarme mucho del grupo al que persigo.
Salimos rápidamente al camino que sube hacia el cerro, conocido de sobra por mí de haber entrenado tanto el recorrido, y pocos metros después un giro a derecha nos mete en una subida de menos de 300m que asciende en un momento casi 50m, con tramos de pendiente superiores a veces al 30%. Entrenando tengo la sensación de haberlo subido mejor otras veces, pero como me conozco el recorrido de memoria prefiero guardar fuerzas para las dos largas subidas que sé que tenemos por delante todavía.
Llegamos a lo alto del cerro, con unas vistas espectaculares del Castillo de Santa Bárbara delante y un poco más a la izquierda, la playa. No será la zona más verde de Alicante, pero el tramo que deja ver la costa compensa lo árido del terreno.
Inicio una bajada que, como todas las del track, ya he corrido mil veces y me noto ligero y fuerte de piernas. Rodeamos el cerro por debajo, giramos ya en la cara de Serra Grossa que da al mar, una ligera subida cerca del mirador de la Sangueta y bajada corta que permite recuperar el aliento y preparar piernas y cabeza para un par de tramos de subida que se van a hacer duros por el calor, que ya empieza a molestar, y porque de repente me empiezo a notar más cansado de lo que habría querido en aquel punto de la carrera.
Nos cruzamos unos metros con la carrera que va en sentido contrario hacia el cerro, por donde habíamos pasado hacía un rato, y cogemos camino hacia la parte del track que sube Serra Grossa en paralelo a la avenida de Villajoyosa.
En los primeros metros, en una rampa que siempre corro, el agobio del calor me obliga a caminar, beber un poco y terminar de subir la cuesta caminando. Retomo la carrera pensando que tal vez se me está dando peor aquello que cuando voy a entrenar por allí, pero no me dejo llevar por los pensamientos negativos y rápidamente borro la idea de la cabeza y me concentro en superar lo mejor posible el largo camino ascendente hacia el tramo escarpado de las cuerdas. El camino va ganando pendiente poco a poco hasta que al final no puedo correr por cansancio, calor y un pequeño atasco de corredores con el que ya contaba, aunque mucho menos concurrido gracias a la ya comentada modificación de la salida.
De los dos tramos de roca con cuerda, evito usar ninguna de las dos para no tirar a otros corredores y porque creo que subo más rápido trepando sin ella. Salgo antes de lo previsto de la zona estrecha de subida encordada y echo a correr, sabiendo que, de nuevo, hasta la zona de la cresta, el camino es corredero y entrenando lo he hecho al trote siempre sin problema.
A mitad de subida me noto cansado y, otra vez, mis propósitos de correr y no andar donde no lo he hecho entrenando se van a paseo. Voy siguiendo a Martín, de los Pinzas, a pocos metros, y cuando estamos casi llegando de nuevo al punto más alto de la carrera le paso animándole a seguirme trotando otra vez cuesta arriba. Creo que no me sigue y subo en solitario, hasta que toca llanear de nuevo esta vez en dirección al mirador que queda cerca de la finca Adoc.
Echo la vista atrás un momento y veo que he ganado muchos metros a mis perseguidores. El cielo se ha cubierto momentáneamente, sopla el viento y de golpe resulta muy agradable correr por la zona. Me animo, llego a la zona del mirador, doy un vistazo rápido a la panorámica en las que tantas veces he parado entrenando a echar unas fotos y cojo el camino descendente hacia la parte del poblado de la Edad de Bronce. Bajo fuerte otra vez, notando que sigo ganando metros respecto a los corredores que dejé atrás. Me conozco la bajada y parece que los ejercicios de fuerza del último mes y medio permiten que las patas suban más o menos como siempre, pero recuperan mejor y bajan con más firmeza y seguridad.
Antes de coger el camino de asfalto y hormigón de bajada hacia la parte de atrás de la rotonda de la Albufereta, el único avituallamiento de la carrera me parece un buen punto para detenerme, beber el agua fría de sus bidones y retomar la carrera subiendo el ritmo como pocas veces había hecho en ese tramo entrenando. Este acelerón de bajada resulta excesivo, y cuando toca afrontar la última subida de la carrera, girando a la izquierda y subiendo hacia el depósito, me noto muy cansado y siento que no recuperaré esta vez como lo he hecho durante la carrera.
Subo sintiéndome lento y cansado, perdiendo un par de posiciones, con el sol de nuevo pegando bien y el calor sintiéndose más que nunca. Apenas logro trotar en zonas que entrenando recuerdo haber subido mucho más ligero y, cuando salimos a la pista que nos lleva al cresteo final, necesito caminar 10m para recuperar el aliento y empezar a trotar de nuevo.
Echo a correr y adelanto a un corredor joven que andaba, como yo, ya camino al inicio de la bajada final. El chaval decide correr poco después y me supera a la velocidad del rayo, algo que me anima a no aflojar la marcha. Decido intentar seguir su paso, pero cuando comenzamos a bajar, soy incapaz de mantener su ritmo. Contaba con hacer toda la bajada por la pineda de Bonavista hacia el asfalto de Teresa de Calcuta echando el resto, muy rápido, confiado por las buenísimas bajada que había hecho últimamente entrenando, pero me encuentro cansado y apretar el ritmo más de lo debido me parece arriesgarme a una caída. Bajo lo mejor que puedo, asegurando las zancadas, y cuando paso por la zona de la barrera, salida ya al asfalto, miro el reloj por primera vez en toda la carrera y calculo que, si descontara el tramo de subida hasta ese punto, comparado con mis entrenamientos por allí, he corrido muy bien, más ligero que nunca.
Me animo y acelero cuesta abajo, girando a la izquierda por la calle de la Granja y acelerando más aprovechando que ahí la pendiente es más favorable todavía. En el giro a izquierda hacia la entrada al colegio, por la avenida de Las Brisas, hay un repecho de 100m que me frena un poco antes de entrar al centro educativo, pero sé que voy por encima de los 5'/km y no quiero aflojar la marcha.
Saludo en la puerta a Kiko, jefazo de 15 Cumbres, rodeo las pistas de futbol y esquivo a espectadores y corredores que han terminado que no se dan cuenta de que ocupan parte de la carrera que todavía no ha acabado y me meto en la pista de atletismo dándolo todo. Saludo a mi cuñado y recorro el tartán alcanzando la línea de meta en 1:11, 173 de 354 llegados a meta, 33 de 50 en mi categoría.
He acabado muy entero y me siento contento con la dosificación de fuerza, aunque no haya bajado tan bien como esperaba en el descenso final que tan bien conocía. Me reúno con mi cuñado, espero la entrada a meta de mi hermana y a reponer en el buenísimo avituallamiento final, con fruta, bebida y mucha comida variada, escuchando rock en vivo con una banda tocando a pocos metros. Un vistazo a Strava al subir la ruta al teléfono me confirma que la carrera, compitiendo con mi versión en ese recorrido otras veces, es de mis mejores pasos por el track, con muchos segmentos en mejor tiempo o segunda mejor marca y, lo que más me alegra, récords personales de segmentos en descenso, donde siempre he sido especialmente negado, confirmando así que el trabajo de fuerza en las piernas va por buen camino.
Esperamos a Laura y Rafa, coincidimos un rato con nuestra ex compañera de club de natación Aquatic Silvia, que lo mismo te gana una travesía a nado que se mete al monte, y al bar a reponernos bien antes de la comilona familiar del domingo. Echando la vista atrás, entre la carrera del Cabeçó de la semana anterior, que aunque acabé KO creo que no se dio mal, los últimos entrenamientos y el resultado de Serra Grossa, parece que empiezo a mejorar y a soportar mejor los km y desnivel, así que salgo motivado para las próximas carreras y para afrontar estos dos últimos meses antes del maratón.
Respecto a la carrera, la convierto en fija en mi calendario. Está muy bien montada (lástima que no empiece 1 hora antes), hay muchos corredores (acostumbrado a los ciento y poco de las medias de La Marina.... mejor esto) y viene gente muy buena a correrla (solo hay que ver los 5 primeros puestos de hombres y mujeres). Tiene un circuito muy corredero en el 90% del track pero también obliga a ir con cuidado en un par de zonas algo más técnicas, y sus cuatro sube baja obligan a dosificar muy bien si no se quiere quedar uno vacío antes de tiempo. Muy completa y entretenida, en resumen, con buenas vistas de la costa en su segunda mitad y al lado de casa ¿Para qué más?
La próxima parada, pasado mañana, en la gran media de Confrides. Parece que el constipado que arrastro hace unos días va a aguarme la fiesta y si voy (espero) seguramente no llegue en las mejores condiciones así que, a confiar primero en poder ir (no hay fiebre ni síntomas que lo impidan, por ahora, más allá de cansancio, no entreno y sensación de cabeza cargada) y cumplir con el kilometraje en una de las mejores zonas para correr montaña de Alicante.
Os cuento como va todo en la siguiente entrada del blog.
Nos leemos.
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