5K CARRERA POPULAR VILLA DE RAFAL 2021
Sin entrenamientos de velocidad hace meses, sintiendo el cuerpo pesado como nunca después del descanso post Veleta... No llegaba en mi mejor momento de forma al pasado sábado 18, día en el que, a pesar de todo, sí tenía muchas ganas de volver a correr el 5k de Rafal.
Guardaba un buen recuerdo de mi primera y única participación en la carrera en el 2019. Llana como pocas (diría que de lo más plano que he corrido nunca), organización de 10 y un trato al corredor que deja ver qué manos hay detrás del evento, el club local Rafal Running, atentos a todos los detalles de principio a fin de la carrera. Esto y volver a juntarme con mi gran amigo Ramón después de mucho tiempo sin vernos ni en carreras ni fuera de ellas hacía que, aunque no tuviera cuerpo para competir, sí me apeteciera mucho echar la tarde en la Vega Baja, después de tanto tiempo sin pasar por allí.
La llegada a Rafal con antelación suficiente para recoger dorsal y bolsa de corredor (solo por la sudadera que daban y la configura de higo a mí ya me tenían contento) permitió ver con calma el ambiente de la localidad vegabajense. Por fin, después de tanto tiempo sin carreras populares, aquello parecía lo que recordábamos antes de la pandemia. Mucha gente en la calle y las terrazas, público esperando la salida, saludar cada 10 pasos a corredores y amigos conocidos... ¡Cómo había echado de menos todas esas cosas!
Contribuimos a la economía local tomando algo rápidamente en una terraza, saludando antes y después a los amigos del club crevillentino en el que está metido Ramón y a mi antiguo compañero de batallas acuáticas Alejandro y volvimos al coche a prepararnos para la carrera. La zona del aparcamiento se había llenado y todo indicaba que habría mucho corredor entre el 5 y el 10k aquella calurosa tarde.
Sin mucho calentamiento previo nos dirigimos a la calle desde la que darían la salida, distinta a la del 2019 para poder juntar a los corredores con más espacio y que no estuviéramos apelotonados.
Saludos en el camino a Miguel, que buscaba acompañante para el 10k que salía minutos después que nuestro 5k, fotos de rigor antes de la salida y a ritmo de Thunderstruck de AC/DC arrancábamos puntuales. ¡Qué ambiente festivo y qué subidón de moral estar de nuevo en una carrera popular de la Vega Baja!
Mira que me dije que debía ser cauto, reservón, pero incluso tratando de no forzar, las piernas iban solas. Encontré hueco para correr con comodidad rápidamente y sin darme cuenta el primer km quedaba atrás en 4:16. Demasiado rápido, me dije, y pensé en relajarme un poco para el siguiente mil.
Callejeando todavía cerca del centro de Rafal no costaba seguir yendo rápido. Asfalto llanísimo, gente animando, voluntarios de sobra en todos los desvíos... ¿reduje para el siguiente km, finalmente? NO. De nuevo, 4:16. Preocupante, pues con mi inexistente entrenamiento previo de velocidad y el poco rodaje desde que arranqué de nuevo en septiembre no iba a poder mantener ese ritmo.
Un casi inapreciable "ascenso" (con el desnivel de la carrera hablar de "subida" es de risa) que nos llevaba a los km más solitarios de la carrera, cerca de la zona de naves industriales, ayudó a aminorar la marcha. Km 3 y 4 en 4:23 y 4:33, notando en este último que el corazón empezaba a estar cerca del reventón. El calor, además, empeoraba la sensación de agobio, aunque el agua del avituallamiento, parte en la cabeza, parte bebida, mejoró un poco el problema de temperatura.
Perdía posiciones, me adelantaba sin poder hacer nada para remediarlo la que luego identifiqué como Teresa Ruzafa, la crevillentina de categoría F60 que días más tarde se convertiría en campeona de España de 10k en esta categoría (tremendo, correr como corre pasados los 60) ... Momento de pequeña crisis, pero siendo un 5k ¿iba a reservar o a no soportar un poco de sufrimiento solo un km más?
Nos acercábamos de nuevo a las calles céntricas y el final ya se veía cerca. Con el ritmo cardiaco cercano al infarto todavía logré subir el ritmo y ponerme cerca de 4:20 y aproximarme a la veterana crevillentina poco antes de la meta, cruzada en mi caso en 21:58 en mi Garmin, 22:08 oficiales, reventado y no muy contento con la marca en ese momento.
Un pasillo de vallas nos dirigía a la zona paralela a la meta para poder beber algo, comer fruta y recuperar el aliento. Mientras esperaba a Ramón empecé a saludar a gente y casi no paré de comentar la carrera durante una hora con amigos y conocidos que también habían corrido aquella tarde. Pedro, Cristina, Dimas, Nuria, los amigos crevillentinos de Ramón, que llegó mucho antes de lo esperado y muy contento con su resultado... Ahora sí, aquel ambiente post carrera terminaba de dejarnos grabada en la memoria una tarde de carrera popular como las de siempre, de las que tanto había echado de menos.
Además, para terminar de redondear la tarde, gracias a Ramón, pude comprobar que mi resultado del 2021 solo se alejaba 7 segundos del que conseguí en el 2019, un año en el que llegaba más rodado, con mucho entrenamiento de natación y, para que negarlo, más joven. Había corrido incluso más rápido los 2 primeros km que en aquella edición. Había que estar contento, por lo tanto, y felicitarse. Posición 90 de 314 en la general, 19 de 57 en mi categoría, 83 de 213 hombres. No estaba mal, después de todo.
Carrera para repetir una y mil veces, a la que espero no faltar en la próxima edición para probarme de nuevo y ver si todavía es posible acercarse al 20' en un 5k. Precio más que ajustado, bien organizada, circuito rápido, pueblo volcado en la carrera, amigos para correrla... No me hace falta mucho más.
Para las próximas semanas cambio de terreno. Vuelvo a la montaña con el mismo entrenamiento acumulado que en asfalto: NINGUNO. Mañana, Trail del Cabeçó d'Or, una zona habitual de mis salidas montañeras que apenas he pisado después del Veleta y que seguro me va a hacer sufrir si no sé regularme y aceptar mi estado actual de no forma, así que activo el modo entrenamiento y saldré más atrasado de lo habitual dispuesto únicamente a pasar la mañana, acumular km y desnivel y saludar de nuevo a corredores y amigos. Aperitivo de lo que llegará a final de mes, el MM Trail de Pego, que también promete ser lento y pesado con tan poco monte acumulado este arranque de temporada.
En cualquier caso, de momento, solo pienso en eso: disfrutar estas carreras y tomarlas como entrenamientos, sin pensar en marcas ni ritmos ni posiciones en la clasificación.
En el horizonte, a lo lejos, Behobia-S. Sebastián y, más lejos, medias de Sta. Pola y Alicante y el maratón de montaña en mayo en Confrides. Mucho por hacer y mucho camino por delante todavía.
Os cuento cómo va todo en la siguiente entrada del blog.
Cuidaos.
Saludos.
En un 5k no se puede salir a retener jajajaja.
ResponderEliminarQue buena tarde Dyc, me emociono, quizá por lo superlativo de volver justo a donde lo dejamos, tras toda esta historia ( mejor me callo)
Cómo se echaba de menos estas cosas, estos raticos. Qué bien volver a coincidir después de tanto tiempo 🤗😘
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