5K RAFAL 2019
Una vez más, mi afición a las carreras populares me ha llevado a la Vega Baja. Algo tienen sus competiciones en asfalto que rara vez defraudan. Perfiles para todos los gustos, llanos como Catral o la que ocupa esta entrada del blog, algo más exigentes como Benijófar... Es fácil encontrar siempre una prueba a lo largo de la temporada que se ajuste a lo que nos apetezca correr en cada momento. Además, el trato al corredor de estas carreras, excelente, entendiendo que el evento supone una fiesta en donde se organice, algo de lo que estar orgulloso y que busca fidelizar y contentar a los participantes, hace que suela querer siempre una segunda participación por lo menos. Si a todo esto se le suma un precio más que ajustado en las inscripciones, bolsas del corredor completas y avituallamientos que, en algunos casos, solo por ellos, ya merece la pena echar unos km... Lo tengo claro. Antes o después todas las carreras vegabajenses estarán en mi historial deportivo.
Aunque el Vega Baja Tour será difícil de completar (¿cómo es que nadie lo hace oficial, este tour, que yo tengo en mente hace años?), pues cada año descubro carreras y pedanías nuevas que lo hacen más largo y difícil de cumplir, poco a poco voy completando la lista. El pasado domingo tocaba conocer una prueba que diría que ya es clásica de la zona, aunque no lleve muchas ediciones, los 5 y 10km de Rafal, tachando otra carrera más de la larguísima lista de pendientes vegabajenses.
Sin muchas ganas de diez miles agónicos, la versión de 5km me pareció una buena forma de volver a la competición después de Behobia - San Sebastián. Siendo una carrera de la Vega Baja que no conocía, yendo acompañado una vez más por mi amigo Ramón, amante como yo de las carreras de la comarca del Segura, perfil que prometía ser llano... No necesité que me insistieran mucho para inscribirme, teniendo en cuenta, además, que ese día se cumplían 11 años desde la primera vez que me puse un dorsal, en la desaparecida media maratón de Elda.
M.M. Elda 2008 ¿11 años ya? O_O Busquen las mil diferencias entre mi yo de 31 años y el de 42 del resto de fotos aquí |
Este año la carrera se había aplazado desde su fecha habitual, septiembre, a la tarde del sábado pasado, por los daños de las inundaciones. Lo recaudado iría, como no podía ser de otra forma, para ayudar a Cruz Roja en todo lo relacionado con el desastre de la pasada DANA.
Con un clima más agradable pero igualmente frío y ventoso llegaba con tiempo de sobra a Rafal con Ramón y rápidamente descubría que no me había equivocado eligiendo carrera ese fin de semana.
Con un clima más agradable pero igualmente frío y ventoso llegaba con tiempo de sobra a Rafal con Ramón y rápidamente descubría que no me había equivocado eligiendo carrera ese fin de semana.
El viento en las zonas abiertas era molesto e invitaba a cubrirse con manguitos y braga al cuello, pero una vez en el casco urbano, resguardados entre los edificios, la tarde-noche tenía la temperatura perfecta para correr. ¿Era llana, como me dijeron? A primera vista me pareció que sí, que ni siquiera la carrera más plana que recordaba, Catral, estaba a ese nivel de llanura.
El ambiente, como era de esperar también, invitaba a correr. Pruebas de chiquillos mientras buscábamos el dorsal, música en vivo en la plaza del ayuntamiento, luces de fiesta, mucha gente en la calle pendiente de las carreras de sus hijos... No me sentía animado por la mañana, pero nada más llegar ya sabía que iba a disfrutarlo y que motivación no faltaba.
El ambiente, como era de esperar también, invitaba a correr. Pruebas de chiquillos mientras buscábamos el dorsal, música en vivo en la plaza del ayuntamiento, luces de fiesta, mucha gente en la calle pendiente de las carreras de sus hijos... No me sentía animado por la mañana, pero nada más llegar ya sabía que iba a disfrutarlo y que motivación no faltaba.
Recién llegados |
Recogimos el dorsal y la bolsa del corredor (¡qué chaleco más bueno han dado este año!) y, después de saludar a mi exentrenador de Runners Montemar, el olímpico J.M. Albentosa, volvimos al coche a cambiarnos para calentar un poco antes de la carrera.
Trotando por las calles cercanas a la salida buscaba alguna calle a lo lejos en la que hubiera algo de desnivel, alguna cuesta, pero era imposible ver el más mínimo ascenso. Aquello era llanísimo y las piernas parecían moverse con una fluidez asombrosa. ¿Qué pasaría cuando empezara a correr?
Siguiendo los consejos de Ramón, que ya conocía la prueba, nos despedimos en la entrada a la calle desde la que saldríamos y me situé más adelantado que de costumbre, esperando no encontrarme así el tapón que aseguraban que se formaría a pocos metros del inicio.
Con unos 4' de retraso para esperar a que se terminara de revisar el circuito un petardazo aéreo dio la señal de salida y arranqué, intentado, primero, no atascarme demasiado y encontrar rápidamente un hueco para correr con comodidad, y segundo, procurar no correr demasiado rápido el primer km.
Con "solo" 5000m por delante, era fácil pasarse de vueltas al principio y agonizar los últimos 2 o 3 km, así que pensé que una media inicial de 4:30/km sería buena.
Con solo 300m de recorrido ya era fácil correr sin chocar con otros participantes después de los tres primeros giros. Traté de recuperar algo del tiempo perdido en el inicio, pero siempre intentado controlar el ritmo y no pasarme. Tenía la sensación de haber ido demasiado rápido y el primer paso por un mil así quedó registrado en el Garmin. 4:20.
Salida |
Ya la has liado Jordi. Tocaba frenarse un poco, pero las piernas iban tan sueltas, el circuito era tan plano (parecía un descenso constante en algunos tramos) ... Contando con el paso por la única zona en campo abierto del recorrido, en el polígono industrial, y el viento que previsiblemente nos frenaría me dije que ese segundo mil no sería difícil hacerlo con más calma sin proponérmelo. ¿Acerté? Para nada. El reloj, otra vez, marcaba un ritmo medio en el km 2 demasiado rápido. 4:15. Vale, vas así de rápido porque estás fresco, pero ahora toca agonizar. La has liado parda amigo, y lo vas a pagar.
El corazón no parecía ir demasiado rápido, o yo lo soportaba bien por el momento, a saber. Tuve que frenarme "a conciencia", porque la verdad es que era muy fácil acelerar con un recorrido tan llano, concentrado en el ritmo, distraído solo por algún flash de fotógrafos o tratando de juntarme a algún grupo de corredores a un ritmo similar al mío.
Incluso frenándome, ya callejeando de nuevo por Rafal, el tercer km pasó bastante rápido, en 4:23.
¿Podría aguantar a ese ritmo los últimos 2000m? Atravesamos el único tramo del circuito en el que se notaba una ligerísima variación en la pendiente, unos ridículos 2m de ascenso tal vez, algo insignificante, en realidad, pero con mi inexperiencia en carreras rápidas y empezando a sentir el corazón algo más acelerado de lo que esperaba a aquella velocidad decidí que había que frenar un poco más, buscando un final de carrera rápido si el cuerpo lo permitía el último km.
Sufrí más de lo que habría querido de camino al 4000, tratando de engañar a la cabeza fijándome en el público, tratando de seguir el ritmo de la que resultó ser una de las primeras mujeres del 5k (inalcanzable), disfrutando en lo posible de la compañía de los corredores de mi carrera y de la del 10k (otra cosa buena de participar en 5000, no quedarme corriendo con la mitad de participantes si siguiera para 10000).
Mis caras en las fotos de la carrera... : - S |
Tal vez me pasé de frenada, pensé, cuando vi la señal del km 4 en el Garmin pitando en 4:38. Aunque aceleré después, no tuve la sensación de estar subiendo el ritmo tanto como habría querido y esperado poco después del km3. ¿Bajaría más el ritmo, al final?
Pasar por la Plaza de España, en paralelo a la salida, en sentido opuesto, dejando atrás la megafonía y la meta, fue duro, psicológicamente al menos. ¿Cuánto faltaba para terminar? Miré el reloj y me dije que a falta de 500-600m hasta la meta había que exprimirse.
Aceleré todo lo que pude, confiando en poder mantener el esfuerzo hasta la línea de llegada, sintiendo que llegaba al límite.
Encarando, por fin, la recta final, vi que el reloj oficial podría quedar detenido antes de los 22' si apretaba un poco más.
Hubo fuerzas para subir el ritmo, logrando el km más rápido en ese último mil, y conseguí cruzar la meta en 21:59 oficial, 21:51 real, 51 de 218 corredores, 47 de 147 hombres y 19 de 89 en mi categoría. Un resultado buenísimo para mis condiciones actuales y, creo, 3ª mmp en 5k si la memoria no me falla. Había que estar contento.
Rafal cumplía con creces todo lo bueno que comentaba al principio de la crónica sobre las carreras vegabajenses. El ambiente festivo de la meta, con la música en la plaza, avituallamiento completo con bocadillos para todos, bebidas, los voluntarios y miembros del club local asistiendo a los corredores... Carreras como Rafal son las que hacen que uno quede enganchado a este deporte.
Me reuní con Ramón poco después y compartí con él mis impresiones sobre la carrera. Ambos coincidíamos. Rafal era de lo mejor de la Vega Baja y de las mejores candidatas (si no la mejor) para buscar marca si se llega fino y preparado para correr a muerte el 5 o 10k. Volveré, estoy seguro.
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La próxima cita deportiva me llevará a Madrid, aprovechando la visita que haré por allí la semana que viene. La Carrera de Papá Noel no es que me llame mucho la atención, pero parece que acumular tres días festivos en Madrid, de la Constitución el viernes 6 al domingo 8, hace que muchos madrileños abandonen la ciudad o estén a otras cosas, y no hay más carreras organizadas en la comunidad ni en zonas cercanas (aparte de un Trail durísimo que ni me planteo correr, Cabrera Trail).
Toca, por lo tanto, correr el circuito de la carrera de El Corte Inglés, 5km Castellana arriba y abajo disfrazados de Papá Noel. Quién sabe. El tramo ascendente no es demasiado duro y después la bajada es bastante cómoda, por lo que recuerdo de la Mandela Race de este año o el maratón del 2015, así que tal vez pueda correrla con rapidez en la segunda mitad y hacer un tiempo decente. En cualquier caso, juntarme allí con la familia y correr por las calles de la capital siempre es algo que hay que aprovechar y disfrutar, y ese será, sobre cualquier otro, mi objetivo principal.
Después, 3000m a nado en el Postiguet el día 15, San Silvestre Monovera el 22, Cross Nocturno de Orihuela el 28, San Silvestre Ilicitana el 31, Carrera de Año Nuevo en La Aparecida (¡ha vuelto!)... Se me ha ido un poco la mano con las inscripciones, pero... ¿y lo bien que lo voy a pasar?
Os cuento cómo va todo en la próxima entrada del blog.
Gracias por estar ahí.
Saludos.
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