PUJADA A LA PENYA MIGJORN 15K 2024
La Pujada a la Penya Migjorn era una carrera que tenía pendiente hacía tiempo y que por un motivo u otro nunca había encajado en mi calendario de pruebas de montaña desde que empecé a patear monte después del confinamiento, hará ya tres o cuatro años. Su recorrido, tanto el corto en el que participé finalmente, como el largo, ha sido siempre una de mis zonas habituales de entrenamiento y me habían hablado tan bien de la organización que llevaba detrás de ella desde que me inicié en el Trail.
Me apunté a la edición de este año, a la versión de 15km, pensando en tomarla como entrenamiento para Costa Blanca Trails, que sería a la semana siguiente (cancelada finalmente, como supongo que cualquier aficionado a este deporte ya sabe). Sin pretensiones de tiempos, ritmos, marcas... solo a rodar por mi circuito de entrenamiento con dorsal, avituallamientos y bolsa del corredor, y pensando en pasarlo bien y acumular km y desnivel esperando no recaer en la lesión y sumar para poder afrontar la media de montaña que esperaba correr la semana siguiente a esta carrera.
Aunque la cancelación estaba en el aire, por las previsiones de lluvias, Jijona y alrededores se salvaron la mañana de ese fin de semana de las alertas que habrían cancelado la carrera y amaneció un día despejado y con una temperatura perfecta para correr.
Me planté en Jijona con mucho tiempo de antelación para aparcar en una de las muchas zonas que la organización recomendaba en sus correos y pude recoger rápidamente la bolsa del corredor con el dorsal. La buena fama de la carrera era merecida, en cuanto al contenido de la bolsa. La camiseta era tanto o mejor que la del año pasado, había muestras de turrones y tabletas enteras también, crema para activar los músculos antes de correr... muy completa.
Me cambié sin prisas, pude saludar a lo lejos a Santi Navarro e Isabel Deltell y ver a otras bestias del Trail tanto masculino como femenino por allí y tuve claro que había mucho nivel en la carrera, aunque la participación no fuera muy elevada. ¿Tocaría quedar en los últimos puestos? Me repetí que esa mañana mi objetivo no era la rapidez ni competir echando el hígado y fui trotando con calma a la línea de salida, no notándome especialmente ligero ni fuerte.
Me sitúo a mitad del pelotón, para no chocar con los senderistas y después de 1' de silencio por las víctimas de la DANA echamos a correr por la avenida de la Constitución. Sabiendo que el inicio de la carrera, cuando terminemos de callejear, se estrechará en la primera subida, intento no quedarme muy atrasado en el grupo. Después del cambio de sentido ya en dirección al belén de Jijona noto que las pulsaciones tal vez van demasiado altas, pero no quiero quedarme parado en el primer tapón que se pueda formar, así que llego al belén no muy mal situado y voy subiendo más rápido de lo que tenía previsto la rampa y escalones que nos llevarán a la pequeña zona embarrancada que atravesaremos subiendo hacia el castillo de Jijona.
La carrera es menos fluida en este punto, como era de esperar, pero no hay atasco y nos plantamos en la zona del castillo y Torre Blai rápidamente. He hecho bien, me digo, en no llevar nada de abrigo, pues, aunque en las zonas de sombra hace fresco y se está muy bien, al sol el calor aprieta más de lo esperado. Al salir de la zona de aparcamientos llegamos a la rotonda en la que yo normalmente giraría a la izquierda para subir hacia el Migjorn, pero el recorrido de la prueba da un pequeño rodeo por una zona que es desconocida para mí y cogemos la carretera de Tibi a Jijona y subimos hacia Cabeç dels Nanos, un sube baja que sí conozco por ser el final de mis tiradas largas allí, aunque en sentido contrario.
Este sube baja siempre se me pega a las piernas cuando voy a correr por mi cuenta allí, así que agradezco pasar por la zona nada más empezar y quitármelo de encima todavía fresco (no sabía que pasaría por allí otra vez al terminar).
Salimos a una pista de tierra que se dirige hacia font de Alecua, entre casas de campo y vegetación a ambos lados del camino, cómoda de correr y fresca. Tomo nota mental de este recorrido, diciéndome que mis próximos entrenamientos por allí pasarán por esa zona en lugar de mi subida habitual, siendo mucho más agradable esta subida que la que hago habitualmente.
En un cruce un voluntario tiene una caja con botellas de agua y acepto una de ellas, aunque llevemos pocos metros de carrera, pues me sirve como excusa para parar unos segundos, bajar pulsaciones y aclarar la garganta. No lo llevo mal del todo. No he perdido o ganado muchas posiciones, la novedad de estos primeros km ha hecho que se me pase rápido el arranque de la carrera y al empalmar con el recorrido ya conocido, mi subida de siempre, disfruto de estar allí en mi zona de entrenamiento con más gente y un dorsal colgado en la camiseta.
En la pista de cemento y asfalto que nos llevará al inicio del camino de montaña hacia la cima alterno trote y carrera intentando no perder posiciones. Pasamos por la finca que tiene siempre un perrazo enorme atado a una cadena larguísima y, como siempre, siento lástima por el perrillo, que tiene hace tiempo un ladrido algo roto y que parece estar siempre solo y descuidado.
La pendiente del camino gana dureza, como ya sabía, al acercarnos a la zona de la torre con la veleta y paro en el avituallamiento previo a la entrada a la ruta que nos sube a lo alto de la montaña. Bebo con calma, bajo pulsaciones, y salgo a la caza de los corredores que han pasado por el avituallamiento sin parar o que han hecho una parada más breve que la mía.
El camino es estrecho, pero nada técnico, y caminando rápido o trotando a veces recupero algún puesto. En el desvío hacia la casa del butanero, aprovecho el corto tramo de pista amplia para adelantar a algún corredor más y ya me meto en el camino que nos llevará a la zona embarrancada previa a la subida rocosa del final.
Siempre me divido mentalmente la subida en tres tramos. El primero, ya superado, el que terminaba en el avituallamiento que acababa de dejar detrás. El segundo, el que iniciaba, el que sube desde ese punto hacia el barranco y llega al collado que hay antes de la zona de roca que lleva a la cima. Con la primera etapa mental superada y sintiéndome fuerte, aunque corriendo menos de lo que habría querido, tiro para arriba siempre poniéndome como objetivo al corredor más cercano y disfrutando de las vistas de Jijona a mi izquierda.
Tengo la sensación de estar subiendo rápido, mientras llego al tramo embarrancado y agradezco la sombra de toda esa zona. La carrera ha pasado volando hasta el momento y subo ligero, aunque la pendiente es cada vez más dura. En el collado del barranco del Choquero hay un avituallamiento en el que paro, bebo agua, cojo un trozo pequeño de turrón de chocolate con almendras y ya con la cima a la vista retomo la carrera, para completar la tercera y última de mis etapas de subida.
En este punto, con todo el camino sobre roca, nunca me muevo con soltura ni entrenando, pero en carrera diría que no lo llevo mal del todo. El único paso con algo de dificultad, que en su día, siendo inexperto, llegó a bloquearme y a dejarme parado un rato por vértigo, aunque siempre paso ya sin dificultad, en la carrera han puesto una cuerda que agradezco y uso, de manera que avanzo rápido y sigo subiendo por la roca sin problema y sin perder posiciones, aunque veo detrás de mí a algún corredor cada vez más cerca. ¿Estaré perdiendo ritmo y fuerzas en lo que siempre es mi punto fuerte, las subidas?
Salimos de la zona más escarpada y giramos a la izquierda ya dispuestos a encarar la subida a la cima, por un camino más cómodo que el tramo anterior. Giramos en el vértice geodésico de la cima, y me felicito por haber subido a un ritmo que creo que ha sido muy bueno (strava después confirmaría los buenos tiempos en varios segmentos del ascenso). Disfruto un rato de las vistas, intento salir bien en la foto del fotógrafo oficial y ya, sabiendo que apenas hay metros de subida en lo que queda de carrera, inicio un descenso que conozco bien de tantas veces que lo he hecho.
El primer tramo de bajada lo hago muy rápido (de nuevo, strava lo registraría como una de mis mejore bajadas allí). Aunque algo cansado, las piernas bajan firmes y sin flojear y llego al cruce que separa la carrera corta de la larga con rapidez. Giro siguiendo el camino de la prueba corta en la que estoy inscrito, diciéndome que tengo que volver otro año a hacer el recorrido largo, y tengo la sensación de ir muy solo, una vez separadas las carreras.
La bajada no tiene ninguna dificultad y me la sé de memoria. Quitando un par de tramos algo técnicos, en los que pierdo la única posición que perdería en toda la carrera bajando, creo que bajo bastante bien, aunque tal vez he subido demasiado fuerte, pues en zonas correderas como las cercanas a cova dels Corrals me cuesta acelerar como querría. Escucho detrás de mí a un corredor al que intento ayudar a adelantarme, pero parece que prefiere quedarse siguiéndome, dice, por no conocer el terreno y preferir guiarse por mis pisadas (yo, siendo guía de alguien bajando, increíble)
Bajo con pisada firme y más rápida de lo esperado en el último tramo que ya nos deja de nuevo en el avituallamiento que pasamos de subida. Bebo rápidamente y me dejo caer por la larga pista de cemento y asfalto por la que subimos camino a font de Alecua y al tramo nuevo para mí que pasamos inicialmente en sentido ascendente.
Miro el reloj por primera vez en toda la carrera y veo que es posible que esté cerca de las 2h en meta, quién sabe si menos, así que me esfuerzo para subir un poco el ritmo, animado además por ver que gano una posición al superar a un corredor que flojea en este último tramo de la carrera.
Cuando llegamos de nuevo a Cabeç dels Nanos maldigo para mis adentros, pues no contaba con volver a pasar por allí y pocas veces, cuando he entrenado por la zona, he llegado allí con fuerzas y he superado dignamente los dos o tres repechos que todavía tendré que superar.
El tramo más inclinado de la zona lo hago caminando, pero cuando la pendiente se vuelve más cómoda me digo que para 14-15km que voy a correr no voy a flojear en ese tramo hoy, yendo con dorsal, y troto como puedo esperando ver la salida a la carretera en la que finalizaría la última parte de la carrera que tiene algo de dificultad.
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Ya en la rotonda el giro a izquierda me lleva otra vez a terreno desconocido. Una larga y empinada pista de cemento nos mete en la parte antigua de Jijona, donde toca callejear y en la que veo que, aunque acelere (que lo hago), se me va a escapar la posibilidad de acabar la carrera en menos de dos horas. Me anoto mentalmente que hay que volver para superar esa marca y, aunque no entraré antes de los 120', subo el ritmo igualmente para no ser alcanzado por alguien cuyas zancadas escucho cerca, detrás de mí.
Acelero y voy girando por las calles de Jijona hasta llegar de nuevo a la avenida de la Constitución, después de una bajada de escaleras en la que las piernas han flojeado un poco pero que he bajado dignamente y con rapidez.
Veo que, efectivamente, el crono oficial superará por poco las dos horas, ya irremediablemente, pero sigo subiendo el ritmo y al final paro el reloj en 2:02:00 oficiales, 2:01:51 en mi Garmin, posición 48 de 106 llegados a meta cuando me marchaba (132 inscritos), 40 de 77 hombres y 15 de 29 en categoría, nada mal, para no haber ido en mi mejor momento y pensando solo en acumular km, desnivel y entrenar.
En meta, la buena fama de la carrera sigue pareciéndome más que justificada. Comida y bebida de sobra para reponer, bocata de magro con tomate, vaso con limón granizado, un helado si hubiera querido... Tocará volver, seguro, a la prueba corta para bajar de dos horas y a la larga simplemente por el gusto de correr esa parte del recorrido que también he entrenado muchas veces.
Ahora, a pensar en la próxima cita deportiva, el Coto de Monóvar en diciembre, ya que no ha habido carrera en Costa Blanca Trails para probar las patas en medio maratón como tenía previsto. He entrenado igualmente el finde de CBT por el Puig y la sierra de Campello y las piernas han respondido muy bien, así que estoy motivado a tope para prepararme bien en lo que queda de 2025 y afrontar si las lesiones respetan los retos de 2025 que tengo en mente.
Nos leemos pronto y os sigo contando.
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