CAMÍ DELS BANDOLERS - SENIJA 2024

La penúltima etapa del circuito Trail de La Marina me llevó a Senija y su Camí dels Bandolers, carrera y población desconocidas para mí. Solo tenía referencias de la prueba larga gracias a mi amigo Rafa, que me acompañaba esa mañana, y de algún corredor al que sigo en redes sociales. Prueba dura, decían, recorrido no tan atractivo como la mayoría del circuito y sin la suficiente vegetación para protegernos del sol si amanecía un día caluroso.

Este último punto no sería un problema, según vimos al llegar a Senija temprano para aparcar bien y tomar un café antes de arrancar. El cielo aparecía cubierto y la temperatura era buena así que, en ese sentido, teníamos suerte. Mi estado físico, por otra parte, no era el adecuado para los casi 25km que anunciaban junto a 1400m acumulados. Poco descanso de calidad, falta de horas de sueño y sin recuperar suficientemente de una semana de gimnasio y una carrera (probando el talón que protestaba desde las X Millas de Alfaz) que pesaban todavía demasiado la mañana de la prueba. También influiría, supongo, el hecho de que con el Trail de Senija encadenaba tres fines de semana con dorsal, después de Arrapapedres y Alfaz. Paciencia...

Cuando antes de empezar ya sabes que palmarás...

Me sitúo a mitad del pelotón con Rafa en la salida, él dispuesto a pelear los primeros 50 puestos, yo intentando no estar en el top 10 de cola. Estamos cerca de las habituales ganadoras de las pruebas del circuito, Laura, Cindy y una intratable Jessica Asensio que al ser vista por las otras dos ya les hace comentar entre ellas bromeando que solo pueden aspirar al segundo o tercer puesto ante el dominio de Asensio. Mis preocupaciones, como digo, son bien distintas.

La prueba arranca y pasados 200m salimos del casco urbano y afrontamos la primera subida de las cinco o seis principales que vamos a encontrarnos. Unos mil metros y poco más de 120m de desnivel para ir calentando y para confirmar que no será mi día y que debo aflojar la marcha si no quiero penar pasado el km 10, todavía con otros 10000m al menos por delante.

Troto lento pero constante, camino menos de lo esperado y supero la subida inicial antes de lo que habría imaginado al empezar. Llegamos a lo alto de las Llomas de l'Agre, viendo a lo lejos, al oeste, Llíber, bajamos sin dificultad, un repecho corto por algo que Wikiloc identifica simplemente como "Costera" y toca bajar largo y cómodo hacia Senija.

Bajada larga, sin mucha dificultad en su tramo montañero y muy rápida atravesando el pueblo. Unos dos km y medio que podrían servir para acelerar, recuperar el aliento y algunos segundos al crono, pero que me tomo con calma, pues tengo claro que cualquier exceso tan pronto lo voy a pagar, seguro, en la segunda mitad de la carrera.

Pasamos por debajo de la autopista y toca subir una cuesta que ya había visto alguna vez en mis viajes a otras carreras de La Marina, desde la autopista. Un camino de casi 1000m que sube cada vez más vertical por el Tossal del Cossi para bajar después de nuevo en dirección a la autopista. Doy por buena la elección de llevar bastones, pues en este punto agradezco poder liberar algo de carga de las patas con ellos mientras subo. Bajando, como siempre, lento y torpe y perdiendo algún puesto.

Los recorridos se separan y cerca de la autopista los de la prueba larga cogemos dirección Gata de Gorgos, con la carrera ya muy estirada. Voy sin mucha compañía, pero mentalmente estoy fuerte. Nada como asumir y aceptar tu sitio en una carrera si desde el principio sabes que no es tu día. Además, la prueba me está sorprendiendo. No es la carrera más bien feúcha que me pintaban y no hace nada de calor (qué diferente sería aquello un día soleado, ciertamente)

Para mejorar todo, aunque muy duro, el siguiente ascenso que encontramos nos lleva al Tossal del Moro después de 1km de recorrido y más de 200m de subida para enlazar con tramos del Trail de Gata de Gorgos. Todo muy verde en esta zona, dura de subir, pero muy agradable. Una bajada por una zona embarrancada y de nuevo subida fuerte hacia Serrellars, otra vez 1000 de camino aproximadamente y cerca de 200m subiendo. Toca bajada larga hacia la Fuente de La Mata, por el mismo camino, pero en sentido contrario, en el mismo tramo del Trail de Gata.

No veo mucha gente cerca y me temo que vuelvo a estar cerca del cierre de una carrera, pero no voy tan mal como pensaba al arrancar, habiendo bajado la marcha, y lo estoy pasando bien después de todo, así que paciencia y a cubrir km, me digo.

Un pequeño repecho y en 800m pasamos por debajo de la autopista y aparece en el recorrido la que debe ser seguramente la subida más dura, por su situación en la carrera, ya con 15km en las piernas, y el desnivel que mete, unos 270m en 1km. Rafa ya me había anticipado alguna vez, de camino a otras carreras, que ese camino que se veía desde la autopista lo recorreríamos el día de la carrera de Senija, y ahí está. La subida se pega bien a las piernas, pero tengo fuerzas para recuperar alguna posición contra participantes que en aquel costalón llegan a pararse a recuperar el aliento.

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Me vengo arriba y subo el ritmo, aunque las piernas protestan. Cuando llego al punto más alto estoy muy cansado y me acuerdo de que se hablaba de que este año la carrera recuperaba una subida a una cueva. Estando en el punto más alto de la subida, en Penyes Blanques, viendo además que el Garmin indica una altitud acumulada todavía por debajo de la esperada, queda claro que para ganar metros y ver la subida de la cueva toca bajar, como así lo hace el recorrido, hasta el nivel de la autopista otra vez, para coger al menos una subida más después.

La bajada es incómoda. Pago bien el esfuerzo/flipada de la subida anterior y cuando estoy a la altura de la E15 veo la subida a la cueva que anunciaban. El regalito final es un rampón de 1km que, otra vez, suma más de 200m de ascenso, donde los palos me salvan del reventón y con zonas, hasta pasar la Cueva de La Garganta, donde toca trepar un poco a veces.

Pasada la cueva parece que el camino da descanso, pero todavía, según recuerdo de golpe de mi repaso al mapa y me confirma una voluntaria, tocará llegar a la Cruz de Senija subiendo todavía más. Camino, sin muchas fuerzas para ni siquiera trotar, aunque la pendiente sea suave. Las vistas desde la Cruz invitan a parar y echar una foto, pero ya solo pienso en llegar a la meta y no matarme bajando, pues las piernas ya acusan el esfuerzo y flojean en algún apoyo.

En el medio maratón, en el mismo cruce donde poco después del primer km girábamos a la izquierda, se empieza a deshacer camino hacia el pueblo, con terreno cada vez más cómodo y fácil de correr. Ya en Senija, sabiendo que la línea de llegada está cerca, subo un poco el ritmo y paro el reloj en 3:46, cubriendo algo menos de 23km y acumulando casi 1300m, menos distancia y desnivel que lo anunciado (algo que, en el fondo, agradezco) Mi posición en la tabla, sin ser nada espectacular y tirando a mala, no es tan desastrosa como me imaginaba: 86 de 124 llegados a meta, 71 de 115 hombres, 34 de 48 en mi categoría.

Habiendo esperado tan poco y tan malo de la carrera antes de empezar, sabiéndome cansadísimo desde el km 3 y rezando paraa que el talón no volviera a dar guerra, solo puedo hablar bien de la carrera y tengo claro que volvería a correrla estando en mejores condiciones. Lo comento con Rafa, que ha hecho un carrerón, en el avituallamiento final, al nivel de todos los del circuito, mientras recupero y me alegro por la buena gestión mental de la carrera, prometiéndome descanso y llegar con algo más de rodaje y entrenamientos buenos a la última prueba del circuito, Confrides, tres semanas después, una carrera de la que os cuento en breve, detalladamente, cómo ha ido, en la siguiente entrada del blog.

Nos leemos pronto.

Cuidaos.