Llega el día de completar la etapa número trece del circuito Trail de La Marina y el despertador suena a las 5:00AM. Es, con diferencia, la carrera más alejada de casa de todo el circuito, Arrapapedres, en Benialí, en el Vall de Gallinera, con una hora veinte minutos de viaje por delante. Voy a casa de Rafa y nos ponemos en marcha. Hace mucho menos frío de lo que sería habitual a estas horas en Alicante, así que la previsión de calorazo a la hora de la carrera nos inquieta un poco, sabiendo que gran parte de la carrera apenas tiene zonas resguardadas del sol y que es la prueba más larga del circuito, unos 26km recorriendo arriba y abajo el valle y sus montañas.
Llegamos con tiempo de sobra para conseguir plaza en una zona pequeña de aparcamiento muy cerca de la salida y de la entrega de dorsales. El clima mejora en Benialí. Temperatura más baja que en Alicante, muchas nubes a pocos metros de altura cogidas a las cimas de todas la montañas que nos rodean y cielo gris que parece que no dejará pasar un rayo de sol en toda la jornada y, quién sabe, tal vez romperá a llover en algún momento.
Recogemos el dorsal y entramos a un bar a por la dosis necesaria de cafeína, después del madrugón. Ya se ve alguna baliza en el pueblo y se puede adivinar una salida cuesta abajo muy rápida y una llegada a meta que picará hacia arriba con fuerza cuando estemos de vuelta, con muchos km en las patas ya.
Nos cambiamos rápidamente, viendo cómo hay coches que ya tienen dificultades para aparcar y se tienen que ir al pueblo vecino, y nos plantamos en pocos minutos en la salida después de trotar un poco para calentar. Saludo a Miguel "Big Mike Speaker" que, como en la anterior prueba del circuito, deja el micro para correr/entrenar, pues ha conseguido dorsal para Zegama y tiene faena por delante. También me cruzo con Marcos Solitary, con el que comento sus próximas carreras y al que seguro veré en Confrides en mayo.
Las piernas no van finas. Me noto algo fatigado, aunque he descansado (creo) bien. Cuando toca pasar bajo la carretera hacia Benirrama por un estrecho túnel que frena al pelotón, agradezco la pausa y bajo pulsaciones, mientras me cruzo con Masanet, que me adelanta sin problema. Mal asunto, comento bromeando, si yo voy delante de él. Demasiado rápido para mí.
Tocaba dejar paso a Masanet, mucho más rápido que yo |
Cogemos carretera cuesta arriba y atravesamos Benirrama, ya subiendo sin parar por las calles del pueblo, llegando en el km 4 al inicio de la primera gran subida de la carrera, la que nos llevará a lo alto de la montaña que queda al este del valle. Saco bastones y subo con relativa comodidad por una zona de amplios escalones de roca que nos hacen ganar altura rápidamente (subiremos más de 250m en apenas 1km) y que nos permiten disfrutar de las vistas despejadas del valle y las montañas cercanas, todavía con muchas nubes en sus cimas. El paisaje y el clima fresco ayudan a sobrellevar el esfuerzo. Voy, además, en un grupo que va bastante ligero y que me fuerza a no perder ritmo. Tengo a la vista a cuatro corredores de El Faro que van dándonos conversación, subiendo sin esfuerzo y me he quedado al nivel de una jovencísima corredora (seguramente categoría promesa) que va muy rápido. Se une al grupo la joven de Benissa con la que ya he compartido en otras carreras muchos tramos, muy superior a mí normalmente, pero que parece ir a ritmo más tranquilo esta mañana.
La subida pasa rápida y las piernas no protestan demasiado cuando al llegar a lo alto de la montaña nos metemos en una carretera (tengo pendiente saber el origen de su nombre, "de la Vergonya") y echamos a correr en ligero ascenso, con las vistas claras y despejadas de todo el valle a nuestra derecha.
Dejamos la carretera y durante un km y medio subimos por camino algo más técnico hacia la zona del mirador del Xap para coger una bajada cómoda durante 2km en paralelo a la rambla del valle. Me he quedado al paso de la chica de Benissa, que entrenó el circuito el fin de semana pasado y se conoce todo el recorrido como la palma de su mano. Sé, por verla en otras carreras, que es muy superior a mí y tal vez ir con ella, incluso yendo algo más lenta que otros días, es arriesgado, pero noto que he entrado en la carrera y las sensaciones son mejores que al arrancar, así que me la juego.
Comentando el circuito, los entrenamientos pasados y futuros y carreras de La Marina en las que ambos hemos coincidido, voy avanzando hasta el punto en el que en un día despejado podríamos ver La Foradada, en una subida de unos 800m en la que ganamos unos 125m de altura. Nos pasan de bajada los primeros corredores de la versión corta del Trail, en sentido contrario, y casi sin sentir llegamos a un pequeño tramo de llaneo cómodo que nos deja en un camino empinado de hormigón y asfalto que nos lleva rápidamente al fondo del valle y que permite correr a mucha velocidad hasta llegar a Alpatró, con 14km en las piernas ya.
Avituallamos en el pueblo, tomando con calma comida, bebida y reponiendo líquido en los softs y atravesamos el pueblo en dirección a una zona embarrancada con una bajada incómoda que nos llevará a la última gran subida de la carrera, esta vez hacia la zona montañosa de la parte norte del valle.
En apenas 700m ganamos unos 200m de altura, por camino rocoso que me frena más de lo esperado. Mi compañera de carrera nos pide paso y se aleja subiendo. La joven promesa de mi grupo pierde algo de ritmo subiendo y la adelanto, ya con la carrera estirada y corriendo en solitario cuando terminamos la parte más dura de la subida, pasando la carretera de Les Tres Valls. En una bajada cómoda hacia la zona de descanso alcanzo de nuevo a la chica de Benissa y retomamos la charla, algo que me anima un poco y me hace olvidarme un rato de la sensación de que voy a llegar al punto más alto del ascenso más justo de fuerzas de lo esperado. La joven corredora me comenta que apenas queda un largo falso llano por delante "muy corrible" (spoiler: no lo será, para mí) y ya bajada larga hasta casi meta.
En una subida cómoda pero imposible de superar a buen ritmo para mí me quedo detrás de ella incapaz de seguir su paso. Empiezo a contar los metros que faltan hasta el punto más alto del recorrido, sabiendo, recordando el perfil del recorrido, que una vez allí ya no habría casi ningún tramo de subida y sí muchos metros de bajada que espero que no sean muy técnicos.
Las nubes impiden ver el cim de la Safor a nuestra izquierda, pero las vistas del fondo del valle y las montañas del otro lado, por donde habíamos estado km atrás, hacen el recorrido muy disfrutable. Cómo habría cambiado la cosa, me digo, en un día soleado y despejado, con el calor apretando todo el recorrido. Por suerte, ha salido un día espectacular y los km han pasado sin demasiado sufrimiento.
Con las fuerzas más justas de lo esperado paso el medio maratón en menos de 3h, una referencia de tiempo que siempre me anima si la supero. En Pou Llacuna giramos a la derecha y después de 500m de falso llano toca bajar durante 3km hacia el fondo del valle hasta llegar a Benissivà. La bajada es mucho más técnica de lo que imaginaba y las piernas se quedan sin fuerzas rápidamente. Un par de tropiezos por no levantar lo suficiente los pies me dejan bien claro que debo bajar el ritmo si quiero llegar con la dentadura y los huesos sanos a la meta.
El descenso se hace pesado, al ritmo tan bajo que llevo. Me dejo algunos puestos por el camino, adelantado por corredores a los que pasé sin esfuerzo muchos km atrás. Me adelanta la jovencísima corredora de categoría promesa, mucho mejor bajadora que escaladora, a la que animo a apretar pues raro será que no consiga podio. Sigo bajando como puedo hasta llegar a una pequeña rambla en la que cedo el paso a un corredor al que ya estaba frenando demasiado tiempo y veo que le sigue una chica que también me adelanta y que resulta ser la joven de Pego que otras veces me ha servido de referencia en otras pruebas del circuito. Haber sido capaz de mantener el ritmo primero de Gemma, de Benissa, y ahora de esta joven pegolina, casi hasta el final de carrera, me hacen pensar que no lo he hecho mal del todo.
Mi estúpido pique interno con la muchacha de Pego, que en otras carreras me motiva para acelerar y tratar de seguir su paso o superarla, hace que la adelante en una corta bajada sin dificultad, pero cuando toca subir me quedo clavado y no puedo mantener su paso. Tropiezo sin consecuencias y pierdo definitivamente cualquier opción de alcanzarla o seguirla a menos de 1', mientras dejamos Benissivà en dirección a Benialí.
Toca ya seguir unos 600m llanos, en los que me doy cuenta que mi previsión de acabar antes de 3h30 ha sido muy optimista, por la lentitud bajando y la flojera de última hora, pero creo que no lo he hecho mal del todo y trato de correr lo más rápido que puedo para que el crono no llegue a 3h40. Como imaginé a primera hora al llegar a Benialí, la subida a la meta pasa por dos rampas tan inclinadas que invitan a caminar, pero queda tan poco para acabar que saco fuerzas de no sé bien dónde y sigo trotando hasta llegar a camino llano y todavía hay algo de fuerzas para correr unos metros hasta la línea de llegada y parar el reloj en 3h37.
He tenido la sensación de haber hecho una carrera buena y me imagino a mitad de tabla, pero la realidad es la de siempre en las pruebas largas del circuito. Apenas 200 corredores (más de 300 en la prueba corta) y gente muy fuerte participando, así que me toca ocupar la posición 142 de 204, 127 de 172 hombres, 53 de 68 en mi categoría, para una prueba que en mi Garmin ha medido los 26km anunciados con unos 1200md+. Me habían hablado de Arrapapedres como una carrera dura y muy técnica, pero entre el cambio de recorrido que ha quitado un cresteo que era algo complicado, según me han contado los corredores que he ido encontrando a mi paso, y el día fresco y cubierto de nubes que ha hecho muy agradable el recorrido, raro será que no vuelva por aquí, me digo, mientras hago un par de colas para recoger camiseta en una y bocadillo y bebida en otra, mientras Rafa me espera en el coche al haber llegado muchísimo antes que yo.
Me reúno con él, comentamos la carrera mientras me cambio y recupero energías con la bebida y el bocadillo y a casa a pensar en la siguiente carrera, que debía ser el exigente medio maratón del Cabeçó d'Or pasado mañana, pero que al aplazarse a final de mayo lo he dejado pasar y me ha permitido, en su lugar, apuntarme a las X Millas de La Costa Blanca este domingo día 14. Carrerón con circuito espectacular que, aunque solo he corrido con dorsal dos veces, conozco bien por haber entrenado varias veces el circuito por mi cuenta. Van muchas ediciones que no cuadraba en mi agenda, pero al quedarme libre este domingo inesperadamente y poder apuntarme, no he dudado y me he inscrito para volver a correr la espectacular subida al Faro y ver cómo van las piernas con tanta cuesta en 16km de asfalto. Preveo reventón, por bajar muy fuerte al principio durante 3km, subir fuerte también al faro y quedarme tal vez vacío para recuperar altura hasta la salida, pero tengo claro que, ante todo, lo voy a disfrutar muchísimo y que me va a servir de entrenamiento para lo que queda del circuito Trail de La Marina, Senija la semana que viene y Confrides el 11 de mayo.
Os cuento cómo va todo en la próxima entrada del blog.
Cuidaos.
Niño, que pena no tener este finde libre, verás como lo haces bien.
ResponderEliminarDe tu carrera, he creído reconocer el tramo inicial de uno de Botamarfes. Ya lo hemos hablado, personalmente 3h37 en 26 km me parece muy buena marca
Gracias Gal.
EliminarEs posible, creo que Rafa me comentó que tenían algún tramo en común. Quién sabe si lo comprobaré algún día...
Sobre el domingo, confiaba en que lo tuvieras libre y coincidir de nuevo a la carrera. A la próxima será... :-(
No me veo haciendo una buena carrera, pero quién sabe. Efecto dorsal, recorrido espectacular (aunque duro)... ya veremos.
Y la marca pues... me pica no haberlo hecho en menos tiempo, pero me quedo con lo bien que lo pasé, aunque flojeara en los últimos km de bajada por haberme dosificado mal. Creo que podría hacerlo sin problema en menos de 3.30 a la siguiente, así que creo que volveré. Me gustó :)