TRAVESÍA VUELTA AL PEÑÓN DE IFACH




Desde que empecé hace un par de años a nadar siempre he escuchado a los compañeros de club hablar mucho y bien de algunas travesías que poco a poco he ido tachando de mi lista de tareas acuáticas pendientes. Junto a Escollera, Isla de Benidorm, Cabo de Palos (pendiente para octubre), etc. sonaba también la que probé el pasado fin de semana, la vuelta al Peñón de Ifach, una travesía que no se organizaba hacía algunos años y que este 2018 volvía al calendario.
Algo debía tener de especial, desde luego, pues las inscripciones se completaron en poco tiempo y aunque la organización sacó a última hora cincuenta plazas más estas se agotaron también rápidamente.




Aunque ahora estoy centrado en los entrenamientos de natación, dándoles prioridad sobre los de carrera, los 3200m de esta travesía me parecían una distancia a la que había que tener respeto. Me conozco. Suelo salir demasiado rápido y llegar desfondado al 2000 podría hacer que los 1200m restantes fueran un calvario. Tocaba ser precavido y nadar con cabeza.

La salida se daba junto al Club Náutico de Calpe a las 8:30 así que tocaba madrugar. A las 5:00 ya estaba en pie para reunirme a las 6:00 con los compañeros de Aquatic y Ramón, que iba a por su reto acuático de la temporada, su récord de distancia a nado compitiendo, algo que finalmente cumplió con muy buena nota.

Madrugón a las 6:00 en Alcampo,
punto de reunión de Aquatic para salir hacia Calpe

Viaje ameno y rápido hasta Benidorm, acompañado en el coche por Jaime, José y Ramón y casi sin darnos cuenta ya estábamos en la playa preparado para la travesía, después de juntarnos con el resto del equipo. La buena fama de la travesía parecía más que merecida. Amanecía un día perfecto, con el mar en calma, temperatura veraniega y con un par de brazadas en la zona de salida ya se podía adivinar por qué se hablaba tan bien de la Vuelta al Peñón. La vida submarina que veíamos nada más entrar al agua invitaba a quedarse quieto, disfrutando de las vistas. En pocos metros la profundidad era ya considerable pero la visibilidad seguía siendo casi perfecta. El calentamiento estaba siendo una gozada. Además, respirando a izquierda al nadar, durante todo recorrido estaría mirando al Peñón, viendo con más claridad el avance de la travesía. Aquello tenía muy buena pinta.

¡Equipo!




Después de alguna fotillo de equipo tocaba prepararse para la salida. Al estar en una zona de cantos rodados, incómoda para empezar a nadar desde tierra, el inicio de la prueba se dio dentro del agua, detrás de unas boyas. Con más de 450 nadadores no quise quedarme demasiado adelantado en la salida y me atrasé todo lo que pude. En el camino pude saludar a Sara, algo que confirmó que estaba demasiado adelantado (¿qué hacía yo delante de una nadadora como ella? xD )





El arranque de la prueba se dio con un bocinazo y costó mucho encontrar el sitio adecuado en la competición hasta pasadas dos boyas. Chocaba con demasiados nadadores y cuando empezaba a agobiarme por la cantidad de brazos y piernas contra los que estaba peleando por fin empecé a nadar con comodidad. No había prestado mucha atención hasta el momento al Garmin para no presionarme con ritmos ni tiempos. Pensé en reservar al menos hasta que giráramos hacia la izquierda, al inicio de la playa, sin estar pendiente de la velocidad, así que ignoré los pasos que marcaba el reloj cada 200m.

Nadaba cómodo, sentía que me deslizaba con una facilidad inesperada y, aunque ya no se veía demasiado bajo el agua, disfrutaba del recorrido y las buenas sensaciones.

Al llegar al giro hacia la playa me pareció que la travesía se me estaba haciendo muy corta. Me notaba fuerte y por fin me atreví a mirar uno de los parciales del reloj, el último 200 que dejaba atrás
El ritmo era alto (para mí todo lo que sea nadar a más de 2'/100m en 2000m o más lo es) y no había fatiga.
Hacía tiempo que no paraba de adelantar a otros nadadores, quedándome temporalmente a los pies de algún grupo hasta que sentía que podía ponerme delante.
Así, dando caza a grupos más adelantados que yo, sin darme cuenta, de repente apareció el fondo arenoso de la playa, con la costa ya visible. La profundidad disminuyó y la visibilidad volvió a ser perfecta. Admito que me decepcionó un poco no ver durante toda la travesía el fondo marino que esperaba, después de encontrarme en la salida tanta vida bajo el agua, pero en aquel punto de la competición ya no me importaba demasiado.

Seguía sintiéndome con fuerzas y la meta ya no estaba lejos. A unos 10 metros a mi derecha me pareció ver un nadador con bañador de mi club. Haciendo memoria, solo podía pertenecer a dos nadadores, Pascal o Loren, ambos con un nivelazo acuático envidiable. Si estaba al nivel de cualquiera de los dos, lo estaba haciendo realmente bien aquella mañana.

Seguía clavando el recorrido, pasando sin darme cuenta pegado a las boyas, sin desviarme demasiado, y animado por la cercanía de gente tan buena de mi club, viendo que la travesía se me estaba dando muchísimo mejor de lo esperado, me animé a hacer el último 400-600 a todo gas.



Las pulsaciones se dispararon y los hombros y las piernas empezaron a notarse muy pesados, pero cada vez que echaba la vista al frente veía el arco de meta más cerca y me animaba más y más.

No paré hasta que en una de las brazadas mi mano tocó la arena. Me puse en pie y miré el reloj oficial unos metros delante de mí. Antes de meterme al agua había dado por bueno un final en 1:10 así que la sorpresa al ver un tiempo inferior a la hora fue tremenda. Corrí lo que pude, alucinando todavía por el tiempo que iba a hacer.



Paré el reloj en unos increíbles (para mí) 56:06 oficiales, 55:53 en mi Garmin, posición 240 de 472 en la clasificación general y 102 de 165 en mi categoría, habiendo registrado en el reloj unos 3300 metros, apenas 100m más de los oficiales.


El del centro soy yo xD



No podía creérmelo. El ritmo medio de la travesía rondaba los 1:40/100m, algo inimaginable 24h antes. Tal vez las condiciones del agua, un mar plato como hacía tiempo que no veía... no sé. Llegué a pensar que había corriente a favor en algún momento, porque aquello no me parecía ni medio normal. En plena euforia post competición apareció, pocos segundos después de mí, Loren, el compañero de Aquatic al que no había sabido identificar en los últimos metros de la travesía. Mi subidón moral seguía en aumento, al ver que había peleado los últimos metros con alguien de su nivel.

Con el gran Loren




El avituallamiento final era el que merecía una travesía como aquella. Comida y bebida para hartarse y charla con el resto de compañeros de Aquatic, que habían hecho también una gran travesía, sobretodo la sección femenina. Mención especial a mi amigo Ramón que incluso desviándose y regalando algunos cientos de metros mantuvo un ritmo buenísimo y entró en un tiempazo (¡Grande Gal!)



Respecto a la organización, nada que objetar. Barcos y kayaks más que suficientes, indicaciones correctas, fluidez en todos los trámites... ¡Volveré!



Creo que necesitaba este empujón, este chute de moral. Sí, tal vez las condiciones del mar ese día eran perfectas y puede que no se repitan en mucho tiempo, pero mi sensación fue la de que algo estaba cambiando. Modificar las prioridades y el volumen de los entrenamientos, nadando más y corriendo algo menos, parece que empieza a dar resultado. Intento no fallar al menos a tres entrenamientos semanales de natación, buscando poder llegar a 4 de forma regular en invierno, y de momento la cosa no va mal. A ver hasta dónde puedo llegar :)

La próxima parada acuática será otra travesía conocida, de las que llaman clásicas en la zona, TIMONCAP, vuelta al Cabo de Palos, unos 3200-3500m de nuevo para los que sigo preparándome y en los que espero sentirme igual de bien que en el Peñón.

Por el camino, aunque en principio no contaba con correrla, habrá algo de asfalto, ya que estoy apuntado a los 10km de Rojales de este sábado. Me inscribí hace tiempo y llegué a pensar en no correrla si por la mañana podía entrenar con el club de natación. Me apetecía más coincidir con el equipo que correr esa tarde, pero al final trabajaré por la mañana así que no hay excusa para no ir.

Correré después de una semana cargada de entrenamientos. Martes natación, miércoles carrera y gimnasio, jueves y viernes natación de nuevo. No estará la cosa para grandes marcas en Rojales (no firmaría ni 47 minutos ahora mismo, viendo cómo voy a llegar) pero después de correrla varios años sé que al menos el ambiente y el recorrido harán que pase una tarde agradable allí. Será un entrenamiento, sin más.

Os cuento cómo va todo en la próxima entrada del blog.
Gracias por estar ahí.
Saludos.

Comentarios

  1. Que pedazo de mañana, que travesia más guapa. Y sobretodo, pedazo trave te marcaste. Sigue dándole golfo

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    1. Moral por las nubes para lo que está por llegar💪🏻 (Y viendo cómo se te dio, tú tb deberías estar animadísimo ) goooo!!!💪🏻

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