I CARRERA Y MARCHA ONG CIRUGÍA SOLIDARIA 10KM MURCIA


Le tenía muchas ganas a la tercera carrera del año, la primera edición de los 10km ONG Cirugía Solidaria de Murcia. Después de un diez mil bueno como el de Rotary Elche y una carrera tan bien llevada como la media de Castellón llegaba al pasado domingo confiado en poder, al menos, igualar el registro de los 10k ilicitanos de enero.
La mañana amanecía muy fría en Murcia y me traía el recuerdo de la mañana helada del 10k de Valencia el año pasado en enero. 4-5 grados, cielo despejado, y récord personal todavía no superado. Además, nada de viento. ¡Iba a darse bien!

Fresquito murciano


En la recogida de dorsal vi que no éramos más de 200 inscritos en la carrera, algunos más si sumaba la marcha que salía después, algo que me chocó un poco teniendo en cuenta que anunciaron el cierre de inscripciones hacía días y que todo lo recaudado iría para la ONG que da nombre a la prueba.
Viendo después las características del circuito, cerrado solo en la zona de los jardines y completamente abierto a peatones y ciclistas en los caminos de ida y vuelta junto al Segura, tal vez más participación supondría algún problema logístico y más gastos.

Recién llegado, en la zona de salida.


Había llegado con tiempo de sobra. Pude recoger sin problemas el dorsal y la bolsa del corredor, bastante completa, con una camiseta de las que me pondré para entrenar, y una vez protegido del frío con cubre brazos  y braga al cuello empecé a calentar por la zona de salida.

Conocía el terreno, al haber entrenado por allí la última vez que estuve en Murcia dos o tres días por trabajo. Tal como recordaba, en el camino de después de una vuelta por los jardines del malecón se correría pegado al Segura en dirección Alcantarilla y volvería por la orilla contraria repitiendo el recorrido a la inversa, por terreno de tierra compacta o carril bici. Parecía buen circuito para ir rápido.

Muucho frío, antes de la salida.


Me situé bien en la salida y puntuales iniciamos la vuelta por el parque. Recorrido cómodo al principio, por tierra muchas veces, sin agobios al no ser muchos corredores, un gustazo entre el olor a vegetación húmeda de los jardines y la animación de esa zona, y después de unos 1500m cruzábamos el Segura por la pasarela de Manterola y a correr pegados al río en dirección Alcantarilla en la orilla más próxima al barrio del Carmen.

Primeros metros.

Pasarela del Malecón

Conseguí no correr demasiado rápido el primer km y los primeros mil metros pasaron en 4:17. Lo di por bueno y me propuse mantener ritmo de récord personal, siendo regular, toda la carrera.
Hasta que llegara el momento de girar hacia la orilla opuesta y comenzar a deshacer camino el recorrido no variaba demasiado. Siguiendo el curso del río, siempre sobre camino de tierra, nos íbamos alejando poco a poco de la zona urbanizada y nos acompañaba un paisaje algo monótono de casas de campo y cultivos a la izquierda y el Segura a la derecha.
Los km 2 y 3 pasaron según lo esperado, a unos 4:21-23m/km de media, entre relevos con mi acompañante en el arranque de la carrera, un corredor finlandés de avanzada edad que parecía llevar un ritmo parecido al mío.
Del 4 al 5 sentí que empezaba a costar demasiado mantener el ritmo. Tal vez era una jugarreta mental y con dejar pasar el tiempo me recompondría, o tal vez tenía que ver el ligerísimo ascenso que iniciaba la carrera desde la pasarela del Malecón hasta que cambiábamos de sentido y volvíamos hacia los jardines.
Me dije que no pasaba nada, se aguantaba y después, en suave bajada, si era como hasta ahora pero a la inversa, no debería haber problema en recuperar velocidad.

No llegué cómodo al avituallamiento, casi llegando al km 6. La bebida la daban en vasos, algo a lo que no acabo de acostumbrarme, así que tocó reducir la marcha un poco para poder beber sin problemas, penalizando un poco la media de ese km, que se fue a 4:30 el 1000.

Cruzábamos el río hacia la orilla contraria, se iniciaba el camino de vuelta y confiaba en poder correr una segunda parte mejor que la primera, aprovechando que los 5-6m de subida de la primera mitad ahora iban a mi favor desde ese punto, pero las piernas no parecían responder y notaba que costaba mantenerme al ritmo objetivo.
No había escuchado el paso por el km 5 en el Garmin, no miraba demasiado el reloj desde el avituallamiento, solo para ver el ritmo medio puntual,  y al no haber ningún km señalizado iba un poco a ciegas, sin saber muy bien cómo podría acabar.


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Todo el camino de vuelta se hacía por el carril bici de esa orilla del río, entre corredores entrenando y ciclistas que llevaban cuidado de no atropellarnos, algo fácil al estar estiradísimo el grupo y estar corriendo casi en solitario desde que crucé el segundo puente.
Una corredora se puso a mi paso un rato y me dije que podría mantener el ritmo y centrarme en acompañarla, dándonos relevos como hice con el otro corredor en el camino de ida, pero la chica estaba fuerte (2ª o 3ª mujer creo que acabó) y yo cada vez iba a menos. Aguanté exactamente 1000 metros, a 4:24 de media, pero a partir de ese punto ya no había nada que hacer y vi alejarse a la que esperaba que fuera mi acompañante y liebre durante un par de km.

No había fuerzas para aguantar ritmo de récord hacía algún rato y durante 2km ni siquiera pude correr más rápido de 4:30 el 1000. Cerca de nuevo del parque, cuando veía ya el paso por debajo de la autovía y la cercanía de los jardines, me propuse echar el resto, sacar ese último 1000 lo mejor que pudiera, pero las piernas seguían sin dar más de 4:30m/km y ya corría echando el hígado por la boca.

Llegando al parque, de vuelta. Las gafas disimulan un poco mi gesto.
Iba muyyy justo de fuerzas aquí.

Cuando todavía no había tomado el último giro dentro del parque sentí que me quedaba vacío. Se hacía muy, largo, demasiado, ese último km. Miraba constantemente el recorrido sin ver en ningún momento la curva que debía llevarme a la meta. ¿Cómo podía estar costando tantísimo el tramo final?



Llegó por fin la recta de meta y el tiempo que marcaba el reloj oficial a lo lejos me dejaba un poco fuera de juego. Paraba el reloj oficial en 47:45, 5 segundos menos en mi Garmin que sí contabilizó el tiempo desde mi arranque hasta pisar la línea de llegada. Poco después, por megafonía, la organización comentaba que la carrera medía unos 10700m, lo que daba un poco de sentido a mi agónico final, que luego revisé en los datos del Garmin. Cruzaba el 10000 en 44:21 y los últimos 700m los corrí a unos terriblemente sufridos 4:47m/km de media.

Meta, al fin. ¡Qué largo se hizo el final!


La clasificación, eso sí, con tan pocos participantes, era para enmarcar (dudo que vea alguna vez mi nombre tan arriba): Posición 23 de 185 en la clasificación general y 5º en mi categoría entre 17 corredores de mi grupo de edad.

Mis datos. La empresa de cronometraje Softimes suele poner un pc con pantalla táctil
para revisar al momento tus datos de la carrera introduciendo el número de dorsal


Avituallamiento más que correcto, con fruta variada, dulce, bebida etc. para cerrar una carrera a la que no se le puede poner muchas pegas, por precio, destino de la recaudación y circuito y que, en mi opinión, no debería tener problema para ampliar al menos en 100 inscripciones la segunda edición. No creo que 100 corredores más supongan un problema y esos 1000€ extra de recaudación seguro que serían bien recibidos por la ONG organizadora. Creo que para el año que viene no costaría nada ajustar la distancia a lo que anuncian, simplemente modificando un poco situación de la línea de salida y meta en el paseo (hay sitio de sobra en la recta, en mi opinión) y tomando un poco antes el giro de 180º inicial dentro del parque en la vuelta del comienzo.
Buena carrera, en cualquier caso, muy válida si se aspira a marca a pesar de un par de giros que pueden romper un poco el ritmo. De las repetibles.


A ver qué se siente en un podio... (NO gané nada, que no os engañe la foto)




En cuanto a mis sensaciones y conclusiones, no hay mucho que decir. Tal vez no haber sabido frenar un poco los entrenamientos de natación durante la semana, jueves incluido, condicionó un poco el domingo, con más fatiga acumulada de lo que sería deseable, pero está claro que no se puede aspirar a marcazas en carrera y natación al mismo tiempo,en todo a la vez (no soy tan bueno, es un hecho ja ja ja)
Los diez miles puede que exijan un descanso que la natación no permite por completo pero, por otra parte, en el agua estoy sintiendo una mejora considerable respecto a meses anteriores, con diferencias muy grandes de tiempos en el último control master de Elche respecto al mismo control del año pasado, así que acepto un 44:20 en diez mil. Tal vez en el próximo 10k deje la natación un poco apartada esa semana a ver si puedo volver a ver menos de 44 y acercarme a récord personal, algo que me da que este año no va a suceder, pues mi mejor época de las temporadas, enero-febrero, va a pasar rápidamente.
La natación, por otro lado, parece que sí me favorece en las distancias más largas, aportando resistencia, así que de cara a la próxima carrera, este domingo, la media de Orihuela, soy muy optimista.

He corrido esta media dos años, 2012 y 2016 y creo que puede ir bien, por circuito, desnivel y momento de la temporada en el que se organiza.  Llevo más de una semana controlando muchísimo el descanso, la dieta (me estabilizo de nuevo cerca de los 75kg) y la última paliza de natación fue el martes, a varios días de la carrera. Los entrenamientos corriendo han sido suaves menos el del jueves, en el que me encontré muy bien y me deje llevar un poco y fui algo más rápido de lo que tocaba.
Buenas sensaciones y optimismo para el domingo, en resumen.

Os cuento cómo va todo en la siguiente entrada del blog.
Gracias por estar ahí.
Saludos.

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