XVI TRAVESÍA POPULAR A NADO L'ILLA - PORT DE BENIDORM
El pasado domingo tuve la suerte de poder participar en otra de las grandes travesías a nado de la provincia, la que une la isla de Benidorm con la costa, al lado del puerto, en la playa de mal paso. Digo "suerte", porque las 350 plazas disponibles el día 1 a las 9:00 se completan en menos de 30 minutos desde que se abre el plazo de inscripción y hay que pelear con el servidor y la pasarela de pago para conseguir dorsal en la travesía (entre que conseguí plaza para ésta y también para Santa Pola-Tabarca, creo que he agotado toda la suerte que se puede tener para estas cosas en mi primer año de nadador)
Recorrido: Desde la Isla (ved al fondo) hasta la playa desde la que se ha tomado la foto. Parece fácil ir recto, pero... |
El día de la travesía tocaba pegarse un madrugón de los buenos. Se entregaban dorsales de 7:00 a 7:30 en el puerto de Benidorm y teníamos unos 40 minutos de camino en coche, así que a las 6:00 ya estaba recogiendo a los compañeros del club que vendrían en mi coche, primero a Roque y después a José. Sin problema para aparcar cerca de la salida, nos reuníamos poco después con el resto del equipo en el club náutico y recogíamos el chip, el gorro y la bolsa con unas chanclas con publicidad de Benidorm y una camiseta de algodón con el cartel de la prueba dibujado en la parte frontal.
El día amanecía nublado y con el mar aparentemente en calma. Dos barcos fueron suficientes para llevarnos a todos en un solo viaje desde el puerto a la isla, mientras descubríamos que tocaría pelear un poco con una ligera corriente que nos daría de lado durante toda la travesía.
Los que ya conocían esta competición nos aconsejaban tomar de referencia unos edificios de la costa para no desviarnos y seguir un trazado recto. Desde el barco, parecía algo sencillo de conseguir, aunque la cosa cambiaba mucho cuando empezabas nadar, como descubriría después.
Mi idea, siendo una travesía de menos de 4km, era nadar lo más cerca posible de 2'/100m , mejorando un poco el ritmo que llevé en la escollera. Empezábamos desde el agua, igual que en la famosa travesía alicantina, pero el agua y la vida marina no tenían nada que ver con aquella.
Mar azul turquesa, transparente, fondo rocoso y peces por todas partes, hacían de la salida un espectáculo visual que no había visto hasta ese momento, ni siquiera en las travesías que había hecho en Tabarca. Por desgracia, el día nublado y el mar algo movido de días anteriores junto a la corriente de esa mañana hacían que en cuanto ganáramos algo de profundidad la visibilidad fuera prácticamente nula.
Un bocinazo indicaba la salida y arrancábamos con algo de retraso sobre lo previsto. Como siempre, intenté quedarme en los puestos de cola para evitar golpes inesperados. A mi nivel todavía no tiene sentido pelear por buscar posiciones cercanas ni siquiera a la mitad de la tabla.
Arranqué fuerte, demasiado, según pude ver a los 100-200 metros, cuando me crucé con José Quílez, mi compañero de club, y comprobé que iba casi a su ritmo. Mala cosa, pensé. Ya quisiera yo, poder seguirle, pero estaba claro que tocaba frenar. El reloj empezaba a marcarme pasos de 250m muy cerca de 2'/100m y me sentía todavía muy cómodo. Vigilando la técnica, fijándome en el agarre, procurando aprovechar que estaba fresco todavía, intenté mantenerme a ese ritmo al menos el primer km.
Era incapaz de ver a lo lejos el edificio que debía servirme de referencia para hacer el trazado correcto, así que al principio me dejé arrastrar por el grupo de nadadores que tenía delante, pero tuve la sensación de que se desviaban demasiado. ¿Les arrastraba un poco la corriente o tenían mejor sentido de la orientación que yo? Decidí que era el estado de la mar el que los separaba del camino y continué desde ese momento prácticamente solo. Veía alguna boya a lo lejos y confiaba en no haberme equivocado. ¿Tan lento iba o tan alto era el nivel que me quedaba nadando casi en solitario tan pronto?
El ritmo empezó a bajar ligeramente a los 2'10/100m por momentos. Comenzaba a pararme demasiadas veces para levantar la cabeza y buscar el camino correcto. Tenía la impresión de estar haciendo el trazado adecuado pero verme tan solo me inquietaba. Me junté por un rato con una nadadora que, a pesar de lo inmenso que es el mar decidió que ir tocándome los pies podía ser una buena forma de ir avanzando en la travesía. Esto me animó a acelerar un poco para quitármela de encima y acercarme a dos nadadores que comenzaba a ver a lo lejos por delante de mí.
El mar seguía turbio y pegando con suavidad por el costado por lo que tocaba corregir muchas veces la dirección para seguir la que yo pensaba que era la línea recta hacia la meta.
Con más de medio camino completado por fin empezaba a verse con claridad la línea de la costa. Por desgracia, seguía siendo incapaz de ver la entrada a la playa de mal paso. Por un momento pensé que las boyas que había tomado de referencia no eran las de la organización y me agobié un poco. ¿Cuánto me estaba desviando? ¿Estaba yendo de cabeza al puerto y tocaría recorrer después muchos metros hacia la playa? ¿Ir tan solo significaba que el desvío había sido excesivo y que cerraba yo la travesía?
Peleando por no bajar demasiado el ritmo, pues el cansancio empezaba a hacer acto de presencia, seguí avanzando hacia la que parecía la última boya y no tardé, al fin, en ver la entrada a la playa. No me había desviado tanto como pensaba y solo tuve que corregir un poco la dirección a la izquierda para no pasar demasiado cerca del espigón cercano al mirador para encarar al fin el camino al arco de meta.
Al estar ya en aguas poco profundas empezaba a verse de nuevo el fondo del mar y aparecían de nuevo bancos de peces que me distraían en el camino a la orilla. Solo me puse en pie cuando era imposible dar una brazada más sin chocar con la arena. Troté hacia la meta y paré el crono oficial en 1:17:53, acabando el 208 de 341 en la clasificación general, 53 de 76 en mi categoría y 167 de 246 hombres completando algo más de 3500m , menos de los 3'8km esperados (sigo por debajo de la media, pero cada vez menos :) )
Satisfecho :) |
Allí estaban Jose, Loren, Victor y Alejandro, mucho más rápidos que yo, con los que pude comentar la travesía nada más llegar. Poco después se reunían con nosotros Pascal, Paco y Roque, con los que nos fuimos a la zona de avituallamiento, donde la comida, la fruta, la bollería etc. parecían no agotarse nunca, algo de agradecer después del esfuerzo y que aproveché bien :)
Dos de mis principales referencias, Pascal y Paco. Grandes |
¡Equipo! |
Fran y David conseguían subir al podio, por lo que pudimos hacer tiempo hasta la entrega de trofeos cambiándonos y pegándonos una ducha allí mismo. Estaba contento. Mis principales referencias, nadadores rápidos para mí, que siempre cuesta seguir, Pascal y Paco, acababan poco después que yo. Nadadores como mi compañero José, rapidísimo, inalcanzable siempre, se me escapaba "solo" 3 minutos por delante. En general, el resultado era para estar muy contento, aunque admito que esperaba poder mantenerme ligeramente más cerca de los 2'/100m. Habrá que seguir mejorando y buscando mecanismos que me ayuden a orientarme mejor sin necesidad de parar tantas veces, aunque si veis el siguiente vídeo al final conseguí no desviarme demasiado de la línea recta que debía seguir:
La jornada terminó con una comilona espectacular en el restaurante El Cantal, en Calpe, con parte del equipo, cerrando así un grandísimo día de deporte y convivencia con mi querido equipazo Aquatic.
Ahora, si el trabajo lo permite, solo queda pendiente la travesía de El Campello, de Brotons, el próximo domingo, para terminar la temporada de travesías a nado y empezar de nuevo con las carreras populares.
Tengo a la vista, si no hay guardias en el trabajo que lo impidan, los 10km de La Aparecida y volver por tercer año consecutivo a los 10km de Rojales. El verano ha sido mucho más relajado en los entrenamientos de asfalto que el año pasado así que no sé a qué nivel comienzo la temporada. Creo que el punto de velocidad que había el año pasado por estas fechas no lo tengo ahora, pero también pienso que la natación ha ayudado a no perder demasiado la forma.
Os cuento cómo va todo en la próxima entrada del blog, ya sea la de la crónica de Campello o de la primera carrera de la temporada, según permita el trabajo.
Gracias por estar ahí.
Saludos.
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