CAMINO AL MARATÓN DE PARÍS: SEMANA 6


41 días. 6 semanas. Mes y medio apenas. Con el maratón cada vez más cerca y sin conocer todavía el calendario de entrenamiento de marzo creo que esta sexta etapa del camino al maratón de París ha sido la última cómoda y que ahora empieza lo bueno, la parte más dura, la que permitirá ver en qué condiciones llego, si todo va bien, a la línea de salida el 9 de abril.
La semana número seis del entrenamiento ha bajado el kilometraje respecto a las anteriores pero ha ganado en intensidad y exigencia en cuanto a velocidad.

Lunes: Esta semana no podía fallar y no lo hice. Gimnasio para machacar bien las piernas y algo de tren superior y media hora de rodaje suave. Aunque tenía algo olvidadas las máquinas de piernas no me noté demasiado flojo (¡bien!)

Martes: Natación, centrándonos en la técnica de otros estilos diferentes al crol. Bastante duro, pero no lo suficiente como para no rodar después una hora, o eso pensé, aunque la realidad, después de la carrera, al llegar a casa fue bien distinta. Empecé a sentirme frío, a temblar, a sentir dolorido todo el cuerpo... Un resfriado tremendo se hizo conmigo y me dejó fuera de juego el miércoles, que pasó en blanco, sin deporte.

Jueves: El paracetamol y demás drogas mitigaban un poco las molestias del resfriado así que decidí no fallar a lo programado. Algo de calentamiento durante 20 minutos y 3 series de 2000 no demasiado exigentes que cumplí sin demasiados problemas. Me confié en la tercera y a falta de mil metros tocó apretar bien para entrar en el tiempo previsto. Este último acelerón volvió a machacar mi cabeza, algo cargada por el constipado y condicionó el día siguiente.

Viernes: Ni se me ocurrió nadar con la nariz como la tenía y tampoco corrí pero sí que me metí en el gimnasio un rato a darle un poco a los grupos musculares que no toqué el lunes.

Sábado: 42 días por delante para empezar a correr 42km, pensé. El preparador programó para este día una prueba de 10km a tope, tomando tiempos, pulsaciones, ritmos, pulsaciones medias, etc.
Mal empezábamos, pues todavía no tengo la nueva banda del Garmin y las pulsaciones que se miden son demasiado altas, no son reales. Mal seguíamos, con el constipado aún bien enganchado a mi cabeza, nariz y garganta. A pesar de todo, me dije que iba a salir a tope, a probar a correr a ritmo de récord personal (en esas circunstancias, todo muy lógico, maduro y bien estudiado, como veis...)

Elegí para la prueba el paseo de la playa de San Juan para poder correr sin callejear y sin cruces ni paradas 5km de ida y 5 de vuelta, sin problema, con aseos y agua a mano, y después de unos 10 minutos de trote, calentando, salí dispuesto a darlo todo, tomándome aquello como una carrera popular más.

El primer kilómetro, con este planteamiento y siguiendo mis malas costumbres pasó muy rápido, a 4:10, pero no me encontré demasiado pasado de vueltas. Aún así me relajé un poco pero no lo suficiente, pues el segundo mil pasó en 4:16. Mala cosa, me dije, teniendo en cuenta que mi récord de 10km no bajaba de 4:20 el km.

Los dos siguientes sí que me quedé a buen ritmo, 4:22 y 4:26, pero según daba la vuelta en el km.5 hacia el punto de salida empecé a sentirme muy cansado. La respiración se hacía difícil por el esfuerzo y por el constipado y sentía que la cabeza iba a explotar. La vejiga también empezaba a protestar. Aguanté fuerte un buen rato pero cerca del km 6 me planteé abandonar y paré para aliviarme un poco. Despejé un poco la nariz, empecé a respirar algo mejor, y me dije que a pesar de las malas sensaciones había que hacer el 10k a tope tal como había previsto. Volvía conectar el Garmin y arranqué de nuevo al máximo.

Los kilómetros pasaban lentísimos en mi cabeza, aunque el Garmin no los marcara tan lentos como yo los sentía. 4:30, 4:32 y un pequeño momento de crisis en el que casi decido de nuevo mandarlo todo a la porra pero que conseguí dejar atrás aunque pasaran 2km más lentos, 4:36 y 4:37.

En el km 8 me di cuenta de otro problema que no había tenido en cuenta. El constipado y la medicación me secan demasiado la garganta y la nariz, me hacen tener mucha sed, y no había cogido la botella de agua que preparé antes de salir a correr y tampoco había parado a beber hasta ese momento. Pasaba cerca de un restaurante con los aseos abiertos en la calle y entré a beber rápidamente para aliviar un poco la garganta y reponer líquidos.
El arranque después de esta parada se notó bien en las piernas, que protestaban pidiendo el fin de la carrera, pero aquí mi cabeza hizo parte de lo que los músculos no querían o no podían hacer y conseguí hacer los dos últimos km más rápidos que los dos anteriores y acabé en 4:35 y 4:31, con el corazón desbocado pero con un tiempo final de 44:41 (no nos engañemos, este tiempo no contempla las dos paradas).


No estaba contento. No poder hacer la carrera del tirón, no sentirme bien a 4:20 cuando el mes pasado en Valencia, también constipado, corrí a ese ritmo y terminé en 43:36...
Después, en frío, en el calor de la ducha y con sofá y manta lo volví a  pensar y no era tan malo después de todo. Las circunstancias no eran las más favorables para un 10k a tope: Constipado, arrastrando 4 semanas de tiradas largas (casi siempre medio maratón o poco más), en plena preparación de maratón...no se podía pedir más, bien mirado. ¡Ni que nos pagaran por esto, oigan!

Hoy, domingo, el resfriado empieza a desaparecer (o eso parece) y he salido un rato a trotar y soltar un poco las piernas. Habría sido un día perfecto para nadar en el mar (nunca acierto eligiendo días para esto) pero en su lugar han caído cerca de 8km por la playa en una mañana buenísima que invitaba a estar en la calle.

Mañana de domingo buenísima.
En esta foto no sé si se aprecia, a la izda. la cantidad de gente que había hoy en la playa.
He tenido que correr esquivando constantemente a los paseantes
Como decía al principio de esta entrada del blog, ahora debe llegar lo más duro del planning. Estoy impaciente por ver qué me manda para marzo el preparador y ver qué hay después de estas semanas de rodajes a pulsaciones lentas los domingos. Empiezo a pensar que tal vez no tengo cuerpo para aguantar una media al ritmo de la de Torre Pacheco y ver menos de 1:39 otra vez en Murcia el día 12 y seguramente en París el tiempo final no será, si llega, tan bueno respecto a Barcelona como pensaba inicialmente, pero también quiero creer que es pronto para plantearse nada de esto. A falta de dos semanas estará todo más claro así que por ahora a disfrutar del camino.

Os cuento cómo va todo en la próxima entrada del blog la semana que viene.
Gracias por estar ahí.
Saludos.

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