30 CROSS SUBIDA AL SANTUARIO SANTA Mª MAGDALENA (NOVELDA)
El pasado día 30 tocaba volver a una de las carreras clásicas del verano alicantino, la subida al santuario de Novelda. No puedo decir que llegara en plena forma al día de la prueba, pero no me notaba tan flojo como cabría esperar en esta época del año, con tantísimo calor y entrenamientos menos exigentes de lo habitual así que, en el fondo, era algo optimista respecto al crono final.
Para evitar colas, aglomeraciones y prisas no esperé al sábado para recoger el dorsal y la bolsa del corredor y me acerqué a Novelda el viernes, aparcando en una calle que me resultaba familiar y que tardé en reconocer: la misma en la que el año pasado sufrí/disfruté la milla urbana Sector Centro a más de 30 grados.
Lo que sufrí el año pasado aquí XD |
Dorsal recién recogido |
Parte de la bolsa del corredor. Muy útil, el zapatillero |
Ya solo quedaba descansar bien esa noche (hecho), cuidar la alimentación (hecho) y no experimentar antes y durante de la carrera (¿hecho?¡no!). Bebí agua durante la mañana y mediodía como si lo fueran a prohibir, comí ligero y pronto, para llegar sin empacho a la hora de la carrera, las 19:30 (¿tanto costaría retrasar media hora la carrera para mitigar un poco el calor?) y, gran error por mi parte, de camino a Novelda, pensando que el sudor excesivo sería un problema, tomé Gatorade, pensando que ayudaría a mantener el nivel de sales y líquidos en su sitio durante la carrera. No recordé que las bebidas isotónicas ya me causaron problemas (y grandes) en carreras anteriores (recordaré siempre lo mal que lo pasé en el maratón de Madrid por algo parecido) pero el cuerpo ya se encargaría de recordarme durante la carrera lo mal que me sientan estas cosas, como os contaré después.
La carrera sigue superándose año tras año en todos los aspectos. En esta ocasión tomábamos la salida, puntuales, más de 1100 personas, dando una vuelta a la pista de atletismo, algo apretados, pero cómodos después en cuanto salíamos del polideportivo, con el grupo rápidamente estirado.
Me propuse, como el año pasado, aguantar a 5m/km hasta el inicio de la subida al santuario, soportando el calor gracias a la botella de agua que llevaba desde el principio. Aunque la temperatura era mucho más alta que en la pasada edición no tuve problema en mantenerme al ritmo objetivo en las suaves subidas hasta el arranque de la parte más dura del circuito, cerca del km.4,5, donde, como todos los años, ya veíamos de bajada a la cabeza de carrera.
Me notaba fuerte y me permití una pequeña parada a beber y echarme por la cabeza el resto del agua que llevaba encima,antes del inicio de los 1000 metros de subida, pensando que llegaría arriba del tirón, más o menos rápido y, que este año, sí que podría acelerar en la bajada hacia el pueblo.
Las cuestas se hicieron tan duras como años anteriores, con mención especial al conocido tramo por encima de un 10% de pendiente, pero aguanté y disfruté del añadido del recorrido de este año, que por primera vez recorría el santuario a escasos metros.
Viendo de cerca el santuario, por primera vez desde que corro este carrera |
Poco después de este punto, en el avituallamiento, y antes de la fuerte bajada posterior, comencé a sentirme pesado y con molestias en el estómago. Bebí, tranquilamente, a sorbos pequeños e intenté bajar rápidamente pero las molestias eran cada vez mayores y la tensión en la barriga empezaba a ser insoportable. Pensando que sería algo pasajero seguí intentando acelerar, empezar a ganar posiciones, pero cada vez me encontraba peor, hasta que llegó un momento que, por primera vez desde que empecé a correr (y creo que van ya 8 años como poco) aparecieron arcadas durante la carrera. Paré, respiré tranquilo, y seguí, mucho más flojo que antes, sin llegar a vomitar pero pensando que era cuestión de tiempo que echara hasta el desayuno.
Todo el recorrido estaba animadísimo, con mucho público y vecinos que sacaban mangueras de sus jardines para refrescarnos, pero no conseguía evadirme, sentirme mejor, olvidarme de las malas sensaciones.
El ritmo seguía bajando, seguía parando de vez en cuando y aquello no mejoraba.
Todo el tramo que debía haber sido de mejora, de remontada al tiempo perdido en la subida, transcurrió lentísimo.
Al conocer la carrera bien, de otros años, sabía que en breve llegábamos a una cuesta breve pero intensa, en la única zona de tierra del circuito, en la que habría otro avituallamiento.
Tramo complicado, cerca del km.8, en la zona de tierra. KO |
Sufrí de lo lindo en el ascenso y cogí el agua pero no la bebí. No me entraba nada en el cuerpo y la sensación de estómago reventado no desaparecía. Volví a caminar, por cuarta o quinta vez, y reanudé el camino algo más animado recordando que ya estábamos cerca del final.
Muy cerca del final ya. |
La entrada al casco urbano de Novelda, con tramos en descenso, me recompuso un poco pero ya no había ánimo ni fuerza para acelerar demasiado. Cuando al fin entré en la avenida que llevaba a la pista de atletismo (otra novedad del circuito, que este año superaba ligeramente los 12kms) me animé sabiendo que ya estaba hecho, que la carrera terminaba al fin, a pesar de la mala experiencia.
Vuelta a la pista y terminado |
No pude subir mucho el ritmo en la pista de atletismo, como en otros años, cuando tanto público animando te daba un pequeño impulso extra para llegar a la meta. Me limité a ser regular y cuando llegué al último giro vi el crono a lo lejos, siendo consciente por primera vez desde la mitad de la carrera del tiempo que llevaba corriendo.
Meta, por fin |
Crucé la meta en 1:05:52 , 1:05:23 reales, en la posición 663 de 1115 entrados en meta y 141 de 209 en mi categoría, cerca de mis tiempos de hace 5 años en esta carrera. Lejos de bajar de la hora, que es lo que querría conseguir alguna vez en esta carrera, pero muy bien corrido si tenemos en cuenta la cantidad de paradas y las malísimas sensaciones desde el primer avituallamiento. ¿Conseguiré alguna vez correr bien esta prueba? El año que viene tocará probar de nuevo.
La medalla, como todos los años, se podía grabar con tu tiempo gratuitamente |
Una lástima, arruinar la carrera por experimentar con bebidas isotónicas, porque creo que podría haber igualado mi mejor tiempo aquí, pero me quedo con la sensación de fortaleza durante el km. de subida al santuario, en el que me noté bien a pesar del calor y la tremenda inclinación de algunos tramos. Ahora, a seguir entrenando y a por el Gran Fondo de Siete Aguas del próximo sábado día 20.
El perfil, la distancia (15kms) y la fecha no lo hacen propicio para pensar en tiempos, así que voy con la idea de disfrutarlo, aguantar las mil subidas y bajadas del circuito y conocer de primera mano por qué es tan conocida esta carrera valenciana. Físicamente me encuentro bien, los entrenamientos de natación que he empezado a intercalar entre los de carrera me han liberado de algo de grasa y, aunque todavía no estoy a tope, creo que acabaré el verano mejor que ningún otro año y con una muy buena base para llegar a octubre fuerte para la media de Valencia y algún 10.000.
Os cuento cómo va todo en la próxima entrada del blog.
Gracias por estar ahí.
Saludos.
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