XIII 10KM VILLA DE ROJALES. GRATA SORPRESA

El pasado sábado 3 de octubre fue el día elegido para volver a poner a prueba los avances del entrenamiento y la dieta. Había varias carreras para elegir ese fin de semana, destacando entre todas ellas el 10k incluido en el medio maratón de mi ciudad, Alicante, pero hay tantos motivos para no correrla... Un año más, se cambiaba el circuito y la organización, se añadía una prueba de 5kilómetros, se cobraba (y bien cobrado) hasta a los niños... Lo venden como el "día de la familia y el deporte", y yo pienso que sí, será el día de la familia, sobre todo la de los organizadores que se embolsan una cantidad de dinero que, comparada con otras carreras de la provincia infinitamente mejor organizadas y más baratas, es claramente excesiva y deja claro que la prioridad de este día es el negocio y no fidelizar y hacer sentir cómodo al corredor (Sres.,lávense la boca para hablar de y aspirar a compararse con Sta.Pola, por favor). Alguien que sabe mucho de esto, el gran Alberto Costilla "el sombrilla", cuenta su experiencia en esta carrera en su blog , y me consta que muchos se sintieron como él, independientemente de la distancia que eligieran en el DKV Running Day de Alicante.

Algo triste por no tener la gran carrera en casa un año más, no tuve que pensármelo mucho para elegir, finalmente, los 10kms de Rojales, como punto de control para mi entrenamiento, volviendo después de mucho tiempo a las carreras de la Vega Baja del Segura que tantas alegrías me dieron en el pasado y de las que guardo muy buen recuerdo, como por ejemplo Algorfa, Catral y Benijófar.


Coincidía de nuevo con mi gran amigo Ramón en el viaje y la carrera y llegaba algo más justo de tiempo de lo esperado a Rojales, con la sensación de que aquella no era mi tarde. Notaba el estómago pesado mientras calentábamos y, aunque en Alicante el tiempo era muy bueno para correr, en Rojales el calor y la humedad eran bastante molestos. No tardé en empezar a sudar abundantemente mientras intentaba poner el cuerpo a tono para la carrera, notando que las piernas tampoco tenían su mejor día.

De camino a la línea de salida, acompañando un rato al gran Kiko (enhorabuena por tu gran fin de semana), pude saludar a Emigdio Ribera, de la clínica CEADE, que me prepara desde mis entrenamientos para el maratón de Sevilla y gracias al cual he conseguido superar mis marcas de 10km, medio maratón y maratón. Me animó y me aconsejó calma, viendo el calor y la humedad de aquella tarde. Que saliera de menos a más, no como suelo hacer últimamente.
Se nos echaba el tiempo encima y no pude hablar todo lo que querría con él, y llegué junto a Ramón a la zona de salida muy atrasado en el pelotón, casi al final.

Salida. Pocos participantes a mis espaldas, como veis.

Empezamos puntuales, a las 19:00, y en dos zancadas olvidé todo lo que hasta ese momento tenía planeado. Nada de autocontrol, salir en progresión, etc. Decidí ir a por récord, a pesar de que no me notaba en mi mejor momento.
Después de una primera vuelta corta, de poco más de un kilómetro, tocaba recorrer las dos vueltas largas que completarían los 10kms del circuito. Esta segunda parte dibujaba un ocho en el plano, con un paso algo solitario y con un falso llano a un lado del río Segura y otra zona algo más cómoda que lo bordeaba al otro margen del río, unidos ambos círculos por un puente en cuesta y la zona más animada del circuito, por el centro de la ciudad.

Primeros metros. Foto de mi preparador, Emigdio

Conseguí mantenerme a un ritmo más o menos estable los 4 primeros kilómetros, entre 4:25 y 4:35m/km, pero según avanzaba la carrera el calor y el malestar en el estómago eran cada vez más incómodos.

En estas fotos todavía aguantaba el tipo.




En el avituallamiento, allá por el km.4.6 aproximádamente, sentí que necesitaba parar a beber y recuperar el aliento, aunque se tratara de una carrera de solo 10 kilómetros. Se me pasó por la cabeza, brevemente, hacer la carrera corta y tomarlo como prueba igualmente, pero intenté mantener la calma y ser fuerte mentalmente, ahora que el cuerpo no lo era. Arranqué de nuevo y tardé pocos segundos en sentir el pinchazo del flato en el costado. Mala cosa, pensé. Ahora sí que estoy perdido, me decía. Con la mano apretando en la zona dolorida intenté mantener el tipo, aflojando un poco el ritmo, y conseguí que el tiempo medio del km.5 no llegara a los 5m/km, aunque me pareció muy ritmo muy lento, que comenzaba a echar por tierra lo ganado anteriormente.

Un despiste me hizo pensar que el primer paso por la meta coincidía con la mitad del circuito, pero rápidamente me di cuenta de que realmente era casi el km.6. El tiempo no parecía tan malo, después de todo.

Primer paso por la línea de llegada



La temperatura empezaba a bajar y el flato desaparecía, pero ya no era capaz de llevar un ritmo más rápido de 4:45 m/km. Por suerte, al haber empezado muy atrasado, no dejaba de adelantar a muchos corredores, por lo que no tuve la sensación de otras veces, de lentitud, al verme adelantado en masa.
Los falsos llanos del circuito se pegaban bien a las piernas y, aunque el paso por las zonas más céntricas estaba lleno de gente animando y se corría más cómodo, las zonas más solitarias se hacían interminables.
No me fijaba demasiado en el circuito cuando no había animación, concentrado, intentando que la cabeza hiciera parte del trabajo que las piernas no podían hacer.

No había configurado en el reloj la vista del tiempo total de carrera, así que llevaba un pequeño descontrol en la cabeza sumando tiempos por kilómetro. No tenía claro cuál sería mi tiempo final. Había corrido a ritmo casi de MMP hasta el km. 4, pero al hundirme en el 4.5, tardar en recuperar, y no ser capaz de volver a estar cerca de 4:30m/km no era capaz de calcular cuándo acabaría, más pendiente de ser fuerte mentalmente que de sumar. Pensé que tal estaría cerca de 47:30, que si no aguantaba el ritmo de 4:45 hasta el final volvería, otra vez, a terminar un 10k en un tiempo muy alejado de mis objetivos.

Al pasar por el km.8 sentí que iba cada vez más justo de fuerzas, pero no quise reducir la marcha. Decidí gastar toda la reserva y no bajar de 4:45 si el cuerpo lo permitía. Adelanté por fin a varios corredores que tuve delante durante toda la carrera, que ahora veían como les fallaba las fuerzas, y después de dos curvas volvía de nuevo a la avenida de la salida, a la moqueta que llevaba a la meta.

Acabando

Me sorprendí cuando crucé la línea de llegada. Supongo que en el calor de la carrera y más pendiente de las sensaciones y de no perder la concentración no hice bien los cálculos, pues mi tiempo final oficial fue, quién lo diría, de 46:35. Tardé en darme cuenta, pero gracias a Ramón (enhorabuena por tu carrerón, ni constipado perdonas), recordé que saliendo tan atrás nuestro tiempo real era menor.
El tiempo oficial era 46:35, pero el real fue de 46:02.
Contra todo pronóstico, conseguía mi segunda mejor marca en 10.000m, acabando en la posición 154 de 291 en la clasificación general y 34 de 51 en mi categoría.

Carrera para repetir, sin duda, con un circuito que permite ir bastante rápido y una organización muy buena, a la que solo se le podría pedir para otros años gestionar algo mejor la entrega de dorsales, con algún voluntario más y varias colas separadas por números de dorsal y distancia de la carrera. Aún así, muy recomendable y una excelente alternativa a la carrera de Alicante de ese fin de semana, en todos los aspectos.

¿Qué habría pasado si hubiera salido un buen día? Sin calor, sin molestias en el estómago, sin esos 20 segundos de parada y los 20 segundos siguientes recuperando el ritmo... Poder correr a estos ritmos (la media de la carrera fue de 4:39m/km) con malas sensaciones durante más de la mitad circuito ha supuesto una inyección de moral impagable. Si he podido hacer una buena carrera sin sentir que fuera mi mejor día, ¿qué pasará cuando se "alineen los astros"? Veo que se puede correr bien incluso sufriendo, los entrenamientos empiezan a ser muy buenos y me noto fuerte y recuperado con facilidad.
Mi siguiente carrera será la Volta a La Foia - Ibi el próximo día 25 y después participaré en las X millas de Alfaç del Pi pero, en el fondo, solo pienso en una cosa: el asalto a la MMP del 10k. Creo que puedo hacer un buen tiempo, así que después de estas dos carreras, a las que les tengo muchísimas ganas también, me doy un mes más y me pongo fecha: 29 de noviembre. Bien en Los Montesinos (casi seguro), bien en Benidorm, esa será la fecha elegida para ir a por todas. Confío en que puedo bajar mi marca de 44:29 pero...¿hasta qué tiempo?¿soy demasiado optimista pensando en bajar de 44?¿daré por bueno un "hachazo" de tan solo 10 segundos? Me consumen las ganas de resolver las dudas y darlo todo de nuevo en un 10k y todo son buenas sensaciones y optimismo de cara a los dos próximos meses.

Como siempre, os cuento cómo van los entrenamientos y las sensaciones de La Foia y Alfaç en las próximas entradas del blog.
Gracias por estar ahí.
Saludos.

Comentarios

  1. Buena crónica, crack! :)
    Hiciste muy buen tiempo después de todo! ^^
    Verás como bajas sin problemas de 44', todo es cuestión de tiempo y un poquito de sufrimiento en los entrenos de calidad! jeje!
    Nos vems en Alfás con toda lo tropa! XD
    Un abrazo!

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    Respuestas
    1. Gracias por pasar por aquí Mike ;) Confío en hacer un buen 10k en noviembre, la verdad. Bajar de 44 es algo que me parecería increíble jaja De Alfaç tengo mal recuerdo. Solo la corrí una vez hace tiempo y se me dio muy mal. No estaba en forma, me sobraba mucho peso, no entrenaba mucho... Espero disfrutarla. Allí nos vemos crack :)

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